Putin confirma que ha lanzado un "nuevo" misil hipersónico contra Ucrania en un aviso en Occidente

Kiiv había acusado a Moscú de lanzar un misil balístico intercontinental, pero el presidente ruso ha detallado que era de alcance más corto y sin carga nuclear

BarcelonaEl presidente ruso, Vladimir Putin, confirmó que Moscú atacó este jueves a Ucrania con un "nuevo" misil balístico hipersónico, aunque aseguró que era de alcance medio y no intercontinental como había informado Kiiv inicialmente. En un mensaje a la nación emitido por la televisión pública, Putin concretó que el misil, del modelo experimental Oreshnik, no llevaba carga nuclear. Y ha dejado claro que este movimiento es un aviso hacia los países occidentales: "En respuesta al uso de armas de largo alcance estadounidenses y británicas (...) las fuerzas armadas han lanzado un ataque combinado contra una de las instalaciones ciones del complejo militar-industrial de Ucrania".

Después de que los Estados Unidos dieran permiso a Ucrania para disparar sus misiles de largo alcance contra territorio ruso, las tensiones han escalado y, según Putin, el de Ucrania se ha convertido en un "conflicto global". Argumentó que el uso del misil hipersónico de este jueves es una respuesta a las acciones agresivas de países de la OTAN contra Rusia. "Hemos probado uno de los sistemas de misiles rusos de medio alcance más novedosos en condiciones de combate", ha afirmado. En el mensaje, de ocho minutos, Putin detalló que este tipo de proyectiles atacan objetivos a una velocidad de 2,5 o 3 kilómetros por segundo y que "los modernos sistemas de defensa aérea disponibles en el mundo y los sistemas de defensa antimisiles creados por los estadounidenses en Europa no pueden interceptarlos".

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Por la mañana, el gobierno de Kiiv había acusado a Rusia de haber lanzado por primera vez un misil balístico intercontinental sobre Ucrania, en concreto sobre la ciudad de Dnipró, en el centro del país. Lo ha anunciado la fuerza aérea de Kiiv, quien dice que el lanzamiento se habría hecho desde la región rusa de Astracan, cerca del mar Caspio. Sin embargo, algunas fuentes occidentales ya decían a varios medios estadounidenses que Moscú había lanzado un misil balístico, pero que no era intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés). Los intercontinentales son los misiles balísticos que pueden llegar más lejos, con un alcance de más de 5.500 kilómetros, ya mayor velocidad. "Están pensados ​​para cargas nucleares, aunque también pueden utilizarse con carga convencional", explica al ARA el analista militar Pol Molas.

En todo caso, el movimiento de Rusia confirma la escalada militar, después de que Ucrania haya comenzado a lanzar misiles estadounidenses y británicos (de hasta 300 kilómetros de alcance) sobre territorio ruso. Por eso, el movimiento ruso se interpreta como un aviso, una forma de mostrar sus capacidades nucleares sin utilizarlas. "Los misiles intercontinentales no se fabrican de un día para otro y, por tanto, utilizarlos con carga convencional no es una estrategia inteligente, porque a medida que los gastos se reduce tu arsenal y tu capacidad de disuasión nuclear", apunta Molas, director de la Sociedad de Estudios Militares. Estos misiles tan potentes, de hecho, tienen un rango de error de 120 metros a la hora de golpear el objetivo, y esto es mucho cuando se trata de una carga convencional.

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Al igual que han hecho en los últimos días expertos y representantes políticos de diversos ámbitos, Molas también quita hierro a la amenaza nuclear rusa y cree que el cambio de doctrina anunciado esta semana por el presidente ruso, Vladimir Putin, es sólo retórica. "En términos de la amenaza nuclear estamos en el mismo punto que desde el inicio de la guerra: Moscú sabe que cualquier ataque nuclear recibirá una respuesta por parte de Estados Unidos, fuera quien fuera el presidente no podrían no responder, y aunque lo hicieran con armas convencionales, Rusia tiene las que perder", apunta el analista.

El ataque ruso sobre Dnipró ha golpeado a empresas e infraestructuras críticas de esta ciudad de la zona centrooriental de Ucrania. La ciudad está acostumbrada al sonido de las sirenas, que han vuelto a sonar antes de las 5 de la mañana de este jueves en una alerta de más de tres horas. Las explosiones se han oído en una zona industrial cercana al centro de la ciudad. En el mismo ataque, las defensas aéreas de Ucrania aseguran que han derribado seis misiles de crucero Kh-101.

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Putin aseguró que los ataques en territorio ruso con misiles estadounidenses ATACMS y británicos Storm Shadow fueron repelidos por las defensas aéreas y que no impactaron en los objetivos rusos. Pero el Kremlin ya había advertido de que el uso de misiles estadounidenses y británicos para atacar objetivos dentro de Rusia sería interpretado como una importante escalada. Este mismo jueves, la fuerza de defensa aérea rusa ha abatido a dos misiles Storm Shadow británicos lanzados por Ucrania sobre su territorio, según informa la agencia Interfax. Estos tipos de misiles se lanzan desde aviones a una distancia de unos 250 kilómetros del objetivo, los cohetes vuelan por debajo de los radares y utilizan un GPS y una cámara ubicada en la punta para localizar el blanco y golpearlo .

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El permiso de Estados Unidos y Reino Unido para utilizar estas armas en territorio ruso, que ha desembocado en la renovada amenaza nuclear desde el Kremlin, ha sido también un cambio significativo en la guerra. Esta nueva capacidad "pone en riesgo a todos los aeródromos rusos y especialmente a los helicópteros, que tienen menos autonomía, y en previsión de ello Rusia ya ha ido trasladando sus cazas hacia aeródromos más alejados, pero eso hace que para volar hasta Ucrania necesiten más combustible y se reduzca su carga de munición", explica Molas.

Avance sobre el terreno

Rusia asegura que ha logrado derribar a Dalne, una localidad en el frente del este de Ucrania, donde el ejército del Kremlin ha ido conquistando territorio de forma lenta pero constante en los últimos meses. Esta nueva captura supone un pequeño avance en el intento ruso de conquistar toda la provincia ucraniana de Donetsk, uno de sus tres principales objetivos militares actuales en Ucrania, junto con los de avanzar a Járkov y terminar de conquistar todo Luhansk. Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en enero, que podría forzar una negociación, Rusia se apresura a ganar todo el territorio posible por si el nuevo presidente estadounidense obliga a Kiiv a ceder el territorio que ya está en manos de Rusia a cambio de poner fin a la guerra.