Europa

¿Quiénes son los 51 hombres que violaron a la francesa Gisèle Pelicot?

El juicio está suspendido hasta que el principal acusado, el marido de la víctima, se recupere de los problemas de salud

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Un dibujo muestra un momento del juicio, con el acusado Dominique Pelicot.

ParísDos semanas después del inicio en Aviñón de uno de los juicios más impactantes que se recuerdan en Francia, el de las violaciones en Gisèle Pelicot, la mujer de 71 años a la que su marido drogaba para que otros hombres la violaran, el proceso está suspendido por los problemas de salud de Dominique Pelicot, el principal acusado y ya exmarido de la víctima. El inicio de su interrogatorio estaba previsto para el martes, pero el acusado se hallaba indispuesto. El juez considera que oír su testimonio es clave antes de dar paso a los interrogatorios de los demás acusados ​​y el jueves decidió suspender el juicio hasta que el hombre se recupere. Según su abogado, podría estar listo para volver al juicio la próxima semana.

Dominique Pelicot, de 71 años, es el principal acusado. Según las investigaciones policiales, el hombre suministraba regularmente grandes cantidades de medicamentos a su mujer para dormirla completamente y dejarla en manos de desconocidos, a los que había reclutado en la página web de contactos Coco.fr –ya clausurada– para que la violaran en el dormitorio que compartía con ella. Mientras se producían las agresiones sexuales, Pelicot observaba y grababa todo. La policía ha documentado casi un centenar de violaciones que se produjeron entre 2011 y 2020 por parte de 72 hombres. Algunos de ellos repitieron. El material audiovisual ha servido a la policía para identificar a más de la mitad de los violadores, una cincuentena, y poder llevarlos a juicio.

Pelicot llevaba cincuenta años casado con la víctima y es el padre de sus tres hijos. Durante la primera semana del juicio, en la que Gisèle Pelicot se sometió a las preguntas de los abogados, el acusado casi siempre estaba con la cabeza gacha, sin mirar a la víctima. El resto de los acusados ​​intentaron evitar las cámaras en todo momento y acuden cada día al juicio con gorra y mascarilla quirúrgica por no ser reconocidos. La mayoría de las violaciones ocurrieron en la casa familiar de Mazán, un pueblo de 6.000 habitantes de la región de la Provenza-Alpes-Costa Azul, en el sur del país.

Hombres con vidas ordinarias

Según la prensa francesa, los 50 hombres tienen perfiles distintos, pero todos son personas con vidas ordinarias, la mayoría con familia y trabajo. Los acusados ​​tienen entre 26 y 74 años y entre ellos hay un bombero casado y con dos hijas, un militar cuya hija nació la misma semana que habría violado a Pelicot, un concejal municipal, un jardinero, trabajadores de la construcción, camioneros , un enfermero, un fontanero, un periodista, un funcionario de prisiones y varios jubilados. La mayoría de los procesados ​​carecen de antecedentes, pero entre los que sí los tienen, hay uno que ya fue condenado en los años 90 por una violación. Otro está acusado de agresiones sexuales a dos exparejas y otros tienen condenas firmes por violencia de género.

Hasta que no se interrogue al exmarido de Gisèle Pelicot no empezarán los interrogatorios al resto de hombres que presuntamente violaron a la víctima, pero durante las dos primeras semanas de juicio los abogados de la defensa ya han adelantado su estrategia. De los 51 acusados, 35 niegan las acusaciones. Admiten haber mantenido relaciones sexuales con Pelicot, pero sus abogados sostienen que no se trata de una violación porque –según su relato– los acusados ​​pensaban que se trataba de una escenificación organizada por ambos miembros de la pareja y que la mujer simulaba estar dormida. Algunos de los acusados ​​aseguran que se mueven en entornos de libertinaje con intercambio de parejas.

Uno de los abogados de la defensa, Guillaume de Palma, ha llegado a declarar esta semana que sus clientes no pueden ser juzgados por violación porque, "sin la intención de cometerla, no hay violación", un argumento que ha indignado a la víctima ya sus abogados. La declaración de Gisèle Pelicot durante los primeros días del proceso, siempre serena y demostrado una enorme dignidad, reveló cómo la familia se rompió en el momento en que la policía encontró los vídeos de las violaciones en una memoria USB del entonces esposo y le contó los hechos a la víctima. Fue un choque. "Mi mundo, todo lo que había construido durante 50 años, se hundió", relataba la mujer. El juicio es público por expreso deseo de la víctima, que quería exponer a los violadores y llamar la atención sobre el sometimiento químico para cometer abusos sexuales.

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