¿Cuáles son las opciones de la OTAN?
La Alianza Atlántica se reúne de urgencia para abordar la nueva situación
LondresAnte el impacto de misiles "de fabricación rusa" este martes en territorio polaco, y por lo tanto de la OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte tenía –y tiene– a su disposición varias opciones. Pero, de momento, una vez el gobierno polaco ha informado de que no hay indicios de que los proyectiles fueran lanzados desde Rusia, ha decidido no dar ningún más paso y ni siquiera activar el artículo 4 del tratado fundacional para convocar a los 30 miembros de la alianza militar a "consultas".
Inicialmente, pues, se confirma, por parte de Varsovia, la versión rusa, que ya ayer noche negaba que el incidente, a seis kilómetros de la frontera ucraniana, hubiera sido provocado por su artillería. Durante la madrugada, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se había mostrado muy prudente desde Bali, donde participa en la reunión del G-20, diciendo que, por la trayectoria del misil, era poco probable que se hubiera disparado desde Rusia.
En cualquier caso, es innegable que la muerte de dos civiles polacos es consecuencia directa de la guerra de agresión de Vladímir Putin contra la Ucrania de Volodímir Zelenski y, especialmente, de una jornada muy dura en cuanto al lanzamiento de misiles, que ayer llegaron casi al centenar, la mayoría contra infraestructuras civiles.
Desde la creación de la alianza en 1949, el artículo 4 se ha invocado media docena de veces. Este miércoles por la mañana, la OTAN mantendrá una reunión de emergencia para abordar cómo responder al nuevo episodio.
Ocho miembros –Bulgaria, República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia– lo invocaron inmediatamente después de que Rusia invadiera Ucrania el 24 de febrero.
La hipotética activación del artículo 4 no habría garantizado que la Alianza tomara ningún tipo de represalia por la muerte de los dos civiles polacos en una granja de la localidad de Przewodow, pero habría supuesto un paso relevante en la intensificación de las conversaciones entre los miembros.
Sea como sea, como resultado de la intensificación de los bombardeos rusos sobre Ucrania, y si el objetivo de la Alianza Atlántica es, como habitualmente se ha dicho, evitar un enfrentamiento directo con el ejército de Moscú, una de las opciones que los treinta socios pueden poner encima de la mesa este miércoles sería la posible ampliación de las entregas de armamento a Ucrania. En la práctica, se continuaría la lucha indirecta contra el Kremlin con más material bélico sobre el teatro de operaciones. Al mismo tiempo, la OTAN podría reforzar las defensas aéreas a lo largo de la frontera con Ucrania.
En este sentido se expresó Artis Pabriks, ministro de Defensa de Letonia, cuando ayer por la noche aseguró que la OTAN podría proporcionar defensas aéreas a Polonia y a una "parte del territorio de Ucrania".
Por su parte, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, había advertido al inicio de la guerra de Rusia contra Ucrania de que la Alianza defendería "cada palmo del territorio de la OTAN". Gitanas Navesėda, el presidente de Lituania, ha reiterado esta afirmación en su cuenta de Twitter después de los hechos de este martes, que se inscriben en un ataque masivo y coordinado contra diferentes ciudades ucranianas, incluida Kiev.
Solo un caso en la historia de la Alianza
De momento, pues, parece que la escalada de la tensión se frena, si bien desde Kiev se compara la actitud occidental con la política de pacificación que las potencias aliadas siguieron con Hitler en 1938, un año antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Invocar el artículo 5, sin embargo, sería de extrema gravedad, porque trata específicamente de la defensa colectiva de los estados miembros, puesto que estipula que "un ataque armado contra uno o más [de los aliados] se considerará un ataque contra todos ellos". En otras palabras, podría suponer una respuesta militar en toda regla, una circunstancia que hasta ahora Occidente ha querido evitar haciendo todo tipo de equilibrios para no abandonar a Ucrania pero también para no provocar una escalada que condujera al desastre nuclear. Para activar el artículo 5, además, hace falta que el ataque haya sido intencionado y no que haya sido un hecho accidental. El artículo 5 solo se ha invocado una vez en la historia de la Alianza, cuando los Estados Unidos sufrieron los ataques del 11 de septiembre del 2001.
Yakov Kedmi, un diplomático ruso-israelí, ha afirmado a la BBC que Ucrania podría estar preparándose para pedir una zona de exclusión aérea en las zonas occidentales de Ucrania que limitan con los países de la OTAN. La aplicación de una zona de exclusión aérea apoyada por la OTAN pondría sus fuerzas aéreas en riesgo de un conflicto directo con Rusia, y los expertos han dicho anteriormente que este movimiento sería poco probable.
Además de toda la tensión existente, en momentos tan peligrosos como estos es fundamental que las dos partes en conflicto mantengan canales de contacto. Y ayer el líder del espionaje ruso, Serguéi Narishkin, se encontró en Ankara con el director de la CIA, William Burns. El objetivo es evitar una escalada nuclear. El problema es la desconfianza absoluta entre el Kremlin y Estados Unidos y, por extensión, con la OTAN.