Un sospechoso de terrorismo protagoniza una fuga de película de una cárcel de Londres
El interno se escondió y se ató a los bajos de un camión de entrega de comida aprovechando que trabajaba en la cocina
LondresPor tierra, mar y aire. En aeropuertos, trenes, parques y también en la entrada del Eurotúnel. Los distintos cuerpos de policía del Reino Unido, con Scotland Yard al frente, buscan desde primera hora de la mañana del miércoles a un sospechoso de terrorismo y espionaje a la espera de juicio que logró escapar de la cárcel de Wandsworth, en el suroeste de Londres, atándose él mismo en los bajos de un camión de entrega de comida. Una fuga de película aprovechando que trabajaba como ayudante del chef, en la cocina, que ha puesto al descubierto el lamentable estado del sistema penitenciario británico, muy tocado por las privatizaciones parciales del servicio y las condiciones a las que se enfrentan tanto los guardas de los centros, debido a la falta de personal, como los internos, en este caso sufriendo las condiciones de degradación de las infraestructuras, muy envejecidas.
Se conocen en estos momentos muchos detalles de la huida, y la policía se pregunta si el recluso ha contado con apoyo desde el interior de la cárcel para llevar a cabo su plan. Daniel Khalife, de 21 años, detenido a principios de 2023 y acusado de colocar bombas falsas en una base militar mientras era soldado y también de colaborar con una potencia extranjera, Irán, para filtrar información crítica, utilizó correas muy resistentes con las que se ató a diferentes partes de los bajos del vehículo cuando el conductor descargaba la entrega diaria de alimentos en la cocina.
El comisionado de Scotland Yard, Mark Rowley, admitió este viernes que se trata de una operación "planificada previamente", porque Khalife debía confiar en que los laxos controles de seguridad que había observado que se hacían en los vehículos cuando salían de la cárcel no revelarían su escondite. El plan funcionó. A las 7:37 h, de acuerdo con el registro del módulo de salidas, el camión de la compañía Bidfood continuó su ruta habitual, alejándose del centro penitenciario.
En el tráfico de la hora punta de la mañana de Londres, Khalife se libró de las correas y se deslizó entre las calles de la ciudad, antes de que se detectara su ausencia. No pasó mucho tiempo, pero nadie tuvo constancia de ello hasta las 7.50 h. Ya no valió de nada el confinamiento que se estableció a todos los internos de la cárcel. A las 8.30 h de esa misma mañana, el conductor del vehículo de Bidfood recibió una llamada de la central en la que le indicaron que volviera a prisión. Había algún problema. Mientras se dirigía allí, siete minutos más tarde, la policía localizó e inmovilizó al camión. Pero el preso ya había huido. No se sospecha del conductor.
Este jueves, al mediodía, un hombre que se parecía al antiguo soldado fue detenido en la estación de tren de Banbury, en el condado de Oxford, después de que un viajero lo identificara erróneamente como el huido. Es lo más cerca que la policía ha estado de arrestar de nuevo a Khalife.
Degradación del edificio
La de Wandsworth es una cárcel victoriana, construida en 1851, y clasificada como categoría B, es decir, no es de máxima seguridad. Es una de las dos mayores del Reino Unido, junto a la de Liverpool. Oficialmente, hay 1.562 presos y tiene capacidad para tener 1.822, siempre que las celdas individuales acojan a dos personas, que es lo que ocurre en estos momentos.
Un informe del servicio de prisiones del pasado junio ponía de manifiesto las condiciones de vida, a partir de la inspección realizada en septiembre anterior. De acuerdo con las conclusiones, los niveles de violencia entre los presos y contra el personal se mantuvieron altos y habían aumentado durante los primeros seis meses de 2022. Además, el uso de la fuerza por parte de los guardias contra los prisioneros también fue considerado elevado. Otra de las carencias más sorprendentes es la denuncia del informe según la cual los reclusos de una de las alas deben ducharse en condiciones de "extrema suciedad". Por otro lado, el propio análisis de la situación calificaba la unidad de hospitalización de salud mental de "inaceptable". La mayoría de los presos permanecen encerrados 22 horas cada día. El sindicato de trabajadores de prisiones denuncia que sería necesario un 30% más de personal en Wandsworth. Además, igualmente indican que, habitualmente, entre el 30% y el 40% del personal no puede trabajar por distintos motivos, ya sean enfermedades o estrés.
El presunto terrorista se unió con 18 años al ejército y, como técnico informático, fue adscrito a un regimiento del ejército implicado en la detección de inteligencia enemiga. Antes de ser detenido, Daniel Khalife sirvió al Royal Corps of Signals, quien el ministerio de Defensa describe como una fuerza líder en informática, cibercomunicaciones y telecomunicaciones. Estuvo destinado en la base de Beacon Barracks, en el pueblo de Stafford (West Midlands, centro-oeste de Inglaterra).
¿Hasta qué punto son inusuales las fugas de prisioneros en el Reino Unido? Ha habido cinco desde el 2017, una de ellas en el 2019 en Wandsworth. La última relacionada con terrorismo, entonces del IRA, tuvo lugar en 1994.