Italia

Tres años después, Meloni se erige como líder incontestable en Roma y Bruselas

La primera ministra de Italia asume un rol de liderazgo internacional y carece de oposición interna

Giorgia Meloni esta semana en el Senado italiano.
24/10/2025
3 min

RomaGiorgia Meloni explica en su autobiografía –que acaba de ser publicada en Estados Unidos y publicitada en las redes sociales por Donald Trump–, que su activismo político arrancó en la década de 1990, cuando la corrupción hundió a los partidos tradicionales italianos. En esas mismas fechas, un multimillonario empresario milanés llamado Silvio Berlusconi anunció su entrada en la arena política inaugurando casi tres décadas de inestabilidad y escándalos.

Meloni era entonces la líder de las juventudes de Alianza Nacional, el partido heredero del posfascista Movimiento Social Italiano, y declaraba convencida de que "Mussolini era el mejor político italiano de los últimos 50 años". Pocos podían imaginarse entonces que 30 años después se convertiría en la primera esposa presidenta del Consejo de Ministros de Italia.

Han pasado exactamente tres años desde que la líder de los ultraderechistas Hermanos de Italia llegó al poder tras ganar las elecciones liderando una coalición con Forza Italia, el partido fundado por Berlusconi, ahora en manos del también jefe de la diplomacia italiana, Antonio Tajani; y la Liga de Matteo Salvini.

Un aniversario que la primera ministra celebró con orgullo, al tiempo que reivindicó que su gobierno ya es el tercero más longevo de la historia de Italia –sólo superado por Berlusconi–; todo un récord en un país habituado al caos institucional, que acumula más de 70 ejecutivos desde 1946.

"La estabilidad es un valor que se debe a la continuidad", declaró a la Cámara de los Diputados esta semana. "Me comparan con Gòllum, pero creo que no han leído El Señor de los Anillos, porque Gòl·lum es la metáfora de quien no logra dejar el poder", explicó la mandataria, una conocida apasionada de la saga de Tolkien. "Yo para mantenerlo no estoy dispuesta a hacer lo que he visto que hicieron mis predecesores", añadía.

Con Francia hundida en una crisis institucional sin precedentes y Alemania luchando con una economía en recesión, Italia se ha convertido en sorpresa de muchos en uno de los países más establecidos de la Unión Europea, a pesar de su larga tradición de crisis, gobiernos técnicos y primeros ministros equilibristas.

Este verano, la revista Time, en un largo artículo de portada, describió a la primera ministra italiana como "una de las figuras más interesantes en Europa". "Populista y prooccidental, pero comprometida con la alianza euroatlántica", sentenciaba la publicación. Poco después fue el Financial Times quien reconocía que "la coalición de derechas liderada por Meloni" había "garantizado un raro período de estabilidad política y calmado a los mercados, inicialmente nerviosos con la política de austeridad fiscal".

Enfrentamientos entre socios

Pero no es oro todo lo que reluce. Los desacuerdos entre sus socios de gobierno han puesto en evidencia que los tres partidos en la coalición mantienen posiciones enfrentadas no sólo en política internacional –con el apoyo a Ucrania o el reconocimiento al estado palestino como puntos de principales del desacuerdo–, sino también dentro de casa.

Esta semana, el gobierno presentó el borrador de los presupuestos para 2026, que introducen una "contribución" del sector bancario con el que prevén recaudar 11.000 millones de euros. Un impuesto a la banca que provocó un enfrentamiento entre Salvini y Tajani, en el que Meloni no intervino.

Meloni ha conseguido imponerse como líder de un matrimonio de interés a tres bandas manteniéndose al margen de cualquier disputa que la pueda perjudicar. Ninguno de sus vicepresidentes pueden hacerle sombra. Quizás este es el secreto del éxito de su partido, Hermanos de Italia, que tres años después lidera las encuestas con niveles por encima del 26% que obtuvo en las elecciones del 2022.

Ni siquiera el fracaso de su proyecto estrella para poner fin a la inmigración irregular, trasladando a barracones construidos en Albania los inmigrantes rescatados en el Mediterráneo, parece haber influido en el consenso del que todavía goza entre los italianos.

Liderazgo internacional

Tras ser la única mujer en la cumbre sobre Gaza en Egipto y sentarse a la mesa junto a otros líderes europeos en la Casa Blanca para frenar la guerra en Ucrania, Meloni presume de haber devuelto el protagonismo a Italia en el escenario internacional. Otro punto a su favor.

La falta de alternativas a la oposición y ese "activismo diplomático" de la primera ministra –especialmente su sintonía con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump–, han logrado "consolidar su imagen de líder" en Italia, asegura el político Lorenzo Pregliasco, fundador del instituto de opinión.

"No ha cometido ningún resbalón importante", aunque a nivel nacional todavía no haya completado ninguna de las promesas electorales que lo llevaron al poder. "No pienso que sea una contradicción que hacer poco en el gobierno vaya acompañado de un apoyo estable, creo que es una de las razones", sentencia el analista.

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