Trump planea premiar a Orbán con petróleo ruso

El presidente estadounidense ha dicho que está "estudiante" hacerlo después de aplicar sanciones a dos grandes petroleras rusas

Trump y Orbán en la Casa Blanca este viernes

Washington/BarcelonaEl primer ministro húngaro Viktor Orbán llegaba este viernes a Washington con un objetivo: pedir a Donald Trump que le eximiera de las sanciones por comprar petróleo ruso que Washington ha impuesto por castigar la falta de voluntad de Moscú para resolver el conflicto con Ucrania. Y parece haber salido adelante. Durante el encuentro en el Despacho Oval el presidente estadounidense ha planteado la posibilidad de hacer una excepción con su gran aliado en Europa y ha reconocido su dependencia de la energía procedente de Moscú. "Lo estamos estudiando porque le es muy difícil obtener petróleo y gas de otras zonas", ha dicho Trump a los periodistas.

"Todas las negociaciones diplomáticas son difíciles, pero espero una negociación amistosa y fácil", había augurado Orbán antes del encuentro. Y sacaba hierro al asunto: "Conozco al presidente, él me conoce a mí, conocemos el tema. Simplemente tenemos que llegar a un acuerdo". Trump y Orbán comparten un talante populista y autoritario, un discurso exageradamente nacionalista y una admiración mutua. Y es precisamente por esta alianza arraigada en unos valores y unas formas de hacer comunes que el líder húngaro confiaba en poder ganarse la indulgencia del presidente estadounidense.

Tras meses de amenazas, Trump finalmente impuso sanciones a dos compañías petroleras rusas en octubre, cuando el Kremlin dejó claro que no estaba dispuesto a negociar el fin de la guerra en Ucrania. El presidente, que ha criticado reiteradamente a los países europeos por continuar importante petróleo y gas rusos, confía en que el aumento de la presión económica acabe empujando a Moscú hacia conversaciones de paz.

Una exención para Hungría sería una recompensa significativa a la lealtad de Orbán con Washington, pero sobre todo premiaría su disidencia dentro de la Unión Europea. Desde el inicio de la guerra, Budapest ha mantenido su dependencia energética de Rusia y ha mirado hacia otro lado cuando Bruselas reclamaba mayor contundencia con el Kremlin, boicoteando varios paquetes de sanciones propuestos por la Comisión Europea.

Asimismo, una concesión así enviaría un mensaje inequívoco a los líderes europeos sobre la determinación de la Casa Blanca en su política hacia Moscú. Hace meses que Bruselas presiona a Trump para que adopte una posición más firme con Vladimir Putin, y revertir estas sanciones energéticas no solo favorecería a Orbán, sino que podría leerse como una demostración de fuerza sobre Europa –casi una humillación para sus dirigentes– y como un agravio para los demás estados de la Unión que todavía son fuerte.

El preferido de Trump

Un signo de la buena sintonía con Trump llegó el mes pasado, cuando Estados Unidos restauró completamente el estatus de Hungría en su programa de exención de visados, después de dos años de restricciones por motivos de seguridad. Viktor Orbán se ha convertido en un icono del universo MAGA. Admiran las políticas migratorias, el conservadurismo y el apego a los valores tradicionales, y la retórica antiwoke. Pero sobre todo, Orbán ha sido hasta ahora el líder mejor posicionado como interlocutor entre Trump y Putin. No en vano, se propuso a Budapest como capital para acoger la cumbre bilateral de los dos dirigentes que debía tener lugar en octubre. Pero el encuentro se suspendió después de que Moscú rechazara una propuesta de alto el fuego. Ahora, Orbán podría volver a ser clave para calmar las aguas entre Kremlin y Casa Blanca.

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