Unión Europea

La Unión Europea se acerca a China en busca de alternativas a Trump

Bruselas y Pekín hacen gestos de acercamiento, pero las diferencias sobre Putin y los conflictos comerciales dificultan su relación

Costa Von der Leyen y en la cumbre de Bruselas de este jueves.
11/05/2025
4 min

BruselasLa relación de la Unión Europea con China es complicada. Tan pronto son amigos y acercan posiciones, como víctima de las desconfianzas y quieren reducir los lazos comerciales. A menudo, el grado de vínculo depende del contexto y de las necesidades de cada una de las dos potencias. En la primera victoria de Donald Trump, Bruselas miró hacia Pekín buscando un socio alternativo, pero con la pandemia —cuando quedaron patentes las dependencias—, y con Joe Biden en la Casa Blanca, se produjo un cambio de rumbo y se fueron alejando paulatinamente. No ha sido hasta los últimos meses, con el regreso del magnate neoyorquino a la presidencia de Estados Unidos, que el bloque europeo vuelve a tantear el terreno para recuperar la amistad enfriada con Pekín, aunque con más recelos y división interna que en el pasado.

De hecho, la UE tiene clasificada a China como "un rival sistémico", pero también como un "socio". Y, en los últimos días, parece que la Comisión Europea quiere profundizar en la segunda parte de esa definición. El último gesto en este sentido ha sido el acuerdo al que llegaron el pasado martes para retirar las restricciones diplomáticas que ambas potencias tenían desde el 2021, cuando la UE añadió a la lista negra a cuatro dirigentes chinos por la represión contra el pueblo uigur. Se trata de un movimiento simbólico importante que quisieron hacer coincidir con el quincuagésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Pekín y Bruselas.

Antes, sin embargo, ya había habido síntomas de acercamiento. Poco después del inicio de la guerra comercial provocada por la administración Trump, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, mantuvo una llamada telefónica con Xi Jinping y acordaron que este año celebrarían una cumbre entre la Unión Europea y China que no se produce desde el 2023.

ahora era una de las voces más críticas con el establecimiento de relaciones comerciales con el gigante asiático, cambió por completo el tono y pasó a defenderlas públicamente como una oportunidad a explotar. "Creo que podemos llegar a un acuerdo que incluso podría ampliar nuestros vínculos comerciales y de inversión", aseguró la jefa del Ejecutivo comunitario.

En este contexto, los estados más favorables a reforzar los vínculos con Pekín, como España y Alemania, están aprovechando para redoblar la presión dentro de la UE a favor de la relación comercial con China y compensar las reticencias que tienen países como, por ejemplo, Francia. Por eso, en el punto más crítico de la guerra comercial entre EEUU y la UE, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, viajó a China y quiso escenificar la recuperación de la buena sintonía con Pekín en nombre de todo el blog europeo.

Una reconciliación complicada

Sin embargo, la reconciliación entre la UE y China puede tener dos grandes obstáculos: la guerra de Ucrania y los conflictos comerciales que tienen abiertos. En este sentido, la investigadora del think tank Bruegel, Alicia García-Herrero, asegura que el hecho de que Pekín no haya condenado la agresión rusa en Ucrania complica la relación e incluso considera que "puede suponer una amenaza para la seguridad" europea. De hecho, es lo que dice la OTAN, una organización militar de la que forman parte la gran mayoría de estados miembros del bloque europeo. En la misma línea, el director del Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea (EUISS por sus siglas en inglés), Steven Everts, también recuerda que las exportaciones chinas de uso civil y militar "están aumentando" en Rusia y "contribuyen, al menos en parte, a la agresión rusa contra Ucrania".

En el terreno comercial, según los propios expertos, la situación también va a peor. García-Herrero alerta de que "las exportaciones europeas a China están disminuyendo" y que cada vez "sustituyen" más a las mercancías que compraban en la UE con productos fabricados por su propia industria. Además, la investigadora de Bruegel denuncia que las "empresas europeas ven cómo las administraciones chinas les ponen más dificultades para operar en China", y avisa de que, por culpa de los aranceles de Trump, la sobreproducción que el gigante asiático exportaba a EE.UU. puede acabar yendo a parar a la UE, lo que aún inundaría mucho el mercado europeo.

A todo esto hay que sumarle los diversos casos que la UE ha llevado a la Organización Mundial del Comercio (OMC) para, presuntamente, haber inyectado subvenciones milmillonarias a sus empresas privadas para que puedan vender a precios aún más bajos a potencias extranjeras. De hecho, por este mismo motivo, Bruselas ha denunciado a Pekín ante la OMC por esta práctica en el sector agroalimentario, y especialmente en el automovilístico. En estos momentos, los vehículos chinos tienen unos aranceles en el bloque europeo de hasta el 35,3%.

Es en este contexto que los expertos ven complicado un gran acercamiento entre las dos potencias, aunque la guerra comercial iniciada por EEUU es una oportunidad. "Los problemas con China no han desaparecido de repente.

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