El ataque ruso en Ucrania

Zaporiyia: ¿la central ucraniana está a un paso del desastre nuclear?

La desconexión de la central de la red no supone ninguna amenaza, pero sí la proximidad de los combates

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La central de Zaporíjia cuenta con seis redactores, y sólo dos están en funcionamiento.

BarcelonaLa central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, está en plena línea de frente de la guerra de Ucrania, y las noticias que llegan son cada día más alarmantes. Según han alertado este viernes las autoridades de Kiev, la central se ha vuelto a desconectar de la red eléctrica, después de que el jueves los combates causaran un incendio que obligó a desconectarla por primera vez desde que entró en servicio en 1985. Energoatom, la compañía estatal que gestiona las centrales de Ucrania, ha anunciado que su personal –que sigue haciendo funcionar la central en condiciones muy difíciles, ocupada por soldados rusos desde el 4 de marzo– ha podido reconectar uno de los reactores a la red minutos después de las dos del mediodía. Las tres líneas de alta tensión de 750 kV que salen de la central en dirección norte –bajo control ucraniano– han quedado destruidas y solo la línea de seguridad, de 330 kV que va hacia el sur, bajo control ruso, sigue operativa.

¿Esto quiere decir que la central roza el desastre, tal como afirmó el jueves el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski? Lluís Batet, director del máster en ingeniería nuclear de la UPC, explica al ARA que la desconexión de la red no supone ninguna amenaza en sí misma. Es cierto que los reactores contemporáneos necesitan suministro eléctrico para ser refrigerados, pero con la línea de 330 kV en funcionamiento tendría que haber suficiente. Además, las centrales tienen sistemas de emergencia con generadores diésel que pueden funcionar durante unos días para tener margen para reconectar de nuevo todos los reactores. En una situación de guerra, añade Batet, es posible que haya problemas para abastecer de combustible los generadores. Pero no parece que tenga que ser el caso de Zaporiyia, puesto que las tropas rusas controlan todo el territorio en la retaguardia hasta la península de Crimea, anexionada por Moscú desde hace ocho años.

Zaporiyia tiene seis reactores con agua a presión que se refrigeran con un sistema de bombas y también hay que refrigerar las piscinas de combustible nuclear gastado. Desde que las tropas rusas ocuparon la central, solo dos reactores siguen produciendo energía, lo que, de hecho, simplifica el problema. Según Kiev, los generadores diésel entraron en funcionamiento el jueves y el viernes, y no se detectó ningún escape radiactivo en el entorno de la central.

Vista de satélite de varios incendios cerca de la central de Zaporiyia.

Objetivo de guerra

Otra cosa es la presencia de tropas rusas dentro de las instalaciones de la central, y el hecho de que sea utilizada como base militar, según denuncian las autoridades ucranianas y se ha visto en imágenes de dron. La central este situada en la orilla izquierda del río Dniéper, el agua del cual se usa para enfriar sus reactores, que actualmente es una línea de frente: la orilla derecha, a 10 kilómetros, sigue bajo control ucraniano. Desde julio, Kiev acusa a Moscú de usar la central de Zaporiyia como base militar para atacar las ciudades de Nikopol y Marganets, al otro lado del río, con su artillería, una acusación que no se ha podido verificar. El riesgo de que algún proyectil acabe –deliberadamente o por error– afectando las instalaciones es extremo y la situación inédita: nunca una central nuclear había estado en medio de los combates. "Es totalmente inmoral: Rusia sabe que Ucrania no puede bombardear la central. Por muchas barreras de protección que haya en caso de bombardeo, es una temeridad", alerta el ingeniero.

De hecho, al lanzar la ofensiva sobre Ucrania hace seis meses, el Kremlin controló también la central de Chernóbil y lo intentó en Yuzhnoukrainsk, para crear un cordón de seguridad para sus tropas. Hace semanas que Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de bombardear la planta.

Otra cuestión grave es el estado del personal ucraniano que trabaja en las instalaciones bajo órdenes de los invasores. "Es muy importante que la gente que trabaja en una central nuclear se encuentre bien y no tenga estrés para poder tomar las decisiones correctas si hay algún problema", recuerda Batet. Precisamente el jueves, el periodista ucraniano Andriy Tsaplienko publicó un vídeo de tres hombres y una mujer con el rostro cubierto que se declaraban trabajadores de la planta y denunciaban ser rehenes del ejército ruso. En cualquier caso, la central es un modelo soviético con el que los especialistas rusos están familiarizados.

De aquí los llamamientos a la desmilitarización de la zona de varios líderes mundiales. En principio, una delegación de la Agencia Internacional de la Energía Atómica visitará las instalaciones de Zaporiyia la semana que viene para comprobar el estado de las instalaciones y del personal.

El objetivo: llevar la energía a Crimea

Petro Kotine, presidente de Ergoatom desde 1996, ha alertado de que los ingenieros rusos han elaborado un plan para desconectar completamente la central de la red ucraniana y enviar la energía que produce a Crimea, que tiene un problema crónico de falta de electricidad y otros territorios bajo ocupación del Kremlin. Ucrania perdería así un 20% de su capacidad de generación. Por eso la semana pasada el secretario general de la ONU, António Guterres, dejó claro que "obviamente, la electricidad de la central nuclear de Zaporiyia pertenece a Ucrania y este principio tiene que ser respetado". El experto en energía atómica de la UPC aclara, sin embargo, que no sería complicada desde un punto de vista de seguridad.

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