Guerra de Ucrania

Guerra y miedo en Zaporiyia: Moscú y Kiev se acusan de un potencial desastre nuclear

Los trabajadores de la central nuclear más grande de Europa alertan del riesgo creciente ante los constantes ataques de artillería

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Aspecte exterior de la central nuclear de Zaporíjia, la más grande de Europa, ahora un punto crítico en la línea del frente de la guerra a raíz de la invasión rusa.

LondresLos llamamientos hechos este jueves por los presidentes turco y ucraniano, Recep Tayyip Erdogan y Volodímir Zelenski, respectivamente, y por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, para desmilitarizar la zona alrededor de planta nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, han caído en saco roto. En medio de acusaciones mutuas de Moscú y Kiev sobre un potencial desastre, comparable al que tuvo lugar en la central de Chernobil en 1986, todavía entonces bajo administración soviética, el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, ha señalado este viernes que la presencia militar de Rusia en la instalación, ahora prácticamente en la primera línea del frente de la guerra, es una garantía contra lo que ha denominado el "escenario de Chernóbil", en referencia a la mencionada catástrofe.

Ayer, además, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Iván Nechaev, comentó que la propuesta de la ONU para desmilitarizar el área era "inaceptable". Una demanda hecha también desde Washington en las últimas horas a través del portavoz del departamento de Estado, Ned Price, a la cual Moscú, como era de esperar, ha hecho caso omiso.

Más aún. Vladimir Rogov, un oficial prorruso con responsabilidad en la central, ha declarado esta mañana a la agencia rusa Riu Novosti: "Eso [la desmilitarización] está fuera de duda. Se trata de una afirmación irresponsable. Solo una persona que no entiende los riesgos o, por el contrario, entiende e impulsa la tragedia y las consecuencias irreparables, podría ofrecerse a dejar la central nuclear desprotegida y en peligro. Esta declaración pone en entredicho el nivel de competencia del secretario general de la ONU". Las agencias de noticias rusas han informado durante la madrugada de un bombardeo sobre Enerhodar, la ciudad más próxima a la central. Moscú atribuye el ataque a Ucrania, pero no hay pruebas concluyentes.

Por otro lado, a pesar de las descalificaciones contra Guterres, y lo que parece ser una posición firme de Moscú, Erdogan no tia la toalla, quizás alentado por el éxito en el desbloqueo de la salida de grano ucraniano desde el puerto de Odesa, un muy pequeño paso de distensión entre el invasor ruso y el defensor ucraniano pero que no permite divisar acciones concretas tendientes a un alto el fuego.

Así, horas después del encuentro mantenido en Lviv con Guterres y Zelenski, el presidente turco Erdogan ha asegurado en declaraciones a los medios de comunicación, en el vuelo de vuelta en su país, que hablará del tema [la mencionada desmilitarización de Zaporiyia] con su homólogo ruso. "Vamos a discutir este tema con Putin, y le pediremos específicamente que Rusia haga lo que sea necesario como paso importante para la paz mundial". Veinticuatro horas después de estas declaraciones, y que Zelenski advirtiera en un tuit que "el mundo está a punto de sufrir un desastre nuclear debido a la ocupación [por parte de Rusia] de la tercera central nuclear más grande del mundo en Enerhodar", todo el trabajo está por hacer.

Comunicado de los trabajadores: "¡Mañana será tarde!"

La central nuclear, la más grande de Europa, fue capturada por las fuerzas rusas en marzo, pero todavía cuenta con técnicos ucranianos, a pesar de que solo dos de sus seis reactores funcionan a pleno rendimiento.

En este sentido, los trabajadores de la central han emitido en las últimas horas un dramático comunicado dirigido a la comunidad internacional, a través de un canal de Telegram, en el que aseguran que sienten una "profunda ansiedad por el futuro" vista la situación entorno a Zaporiyia. "Tenemos miedo por la vida de nuestras familias y allegados, por el destino de nuestros hijos", dicen. Los trabajadores recuerdan que "durante los últimos cinco meses se han violado muchas normas legales, principios y regulaciones para garantizar la seguridad en el ámbito de la manipulación pacífica de átomos. Y en las últimas dos semanas la central nuclear se ha convertido, de hecho, en el objetivo de continuos ataques militares. Los ataques de artillería son cada vez más potentes y peligrosos, y la amenaza de destrucción de instalaciones críticas de seguridad nuclear es cada vez más real".

Y añaden: "¡Parad y pensad! Lo que está pasando es horrible y va más allá del sentido común. Nuestro planeta es tan pequeño que es absurdo suponer que será posible guarecerse en algún lugar de las consecuencias de un desastre nuclear a gran escala […]. Sabemos gestionar profesionalmente una central nuclear, pero nos sentimos impotentes ante la irresponsabilidad y la locura humanas. […] Hacemos un llamamiento a toda la humanidad civilizada: ¡ayudadnos a defender este derecho hoy! ¡Mañana quizás sea demasiado tarde!"

Un militar vigilando los alrededores de la central nuclear de Zaporiyia.

La situación se considera tan grave que, por primera vez desde el mes de mayo, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha hablado por teléfono con Vladímir Putin y lo ha instando, según la agencia de noticias controlada por el estado ruso Riu Novosti, a permitir que la misión propuesta de la Agencia Internacional de Energía Atómica visite la planta. Según esta información, Putin ha expresado su voluntad de cooperar.

Pero para añadir todavía más tensión a la situación, y más riesgo, la compañía nuclear estatal de Ucrania Energoatom ha emitido un comunicado en el que afirma que las fuerzas rusas tienen previsto apagar los bloques de energía en funcionamiento en la central nuclear y desconectarlos de la red eléctrica ucraniana. Energoatom cree, también, que Rusia se está preparando para llevar a cabo una "provocación a gran escala", lo mismo que ayer jueves afirmaba el presidente Zelenski. Sin embargo, precisamente el mismo tipo de acusación es la que Moscú ha lanzado contra Kiev.

En su comunicado, Energoatom dice también que "el ejército ruso está buscando actualmente proveedores de combustible para los generadores diésel, que se supone que se encienden después de que las unidades de alimentación se hayan cerrado en ausencia de una fuente de alimentación externa para los sistemas de refrigeración del combustible nuclear". Apagar la planta añadiría una nueva presión sobre los suministros de Ucrania, especialmente en el sur del país. Ucrania ya se está preparando para su invierno más difícil desde la independencia e igualmente se prepara para una posible escasez energética.

El secretario general de la ONU visita el puerto de Odesa

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha subido este viernes a un barco en el puerto de Odesa, en el mar Negro, durante una visita a Ucrania. Guterres ha podido comprobar cómo siguen los trabajos para continuar la exportación de grano ucraniano, después del acuerdo logrado entre Moscú y Kiev, con la mediación de la ONU y Turquía. En principio, el pacto tiene que permitir la exportación de 22 millones de toneladas de grano bloqueadas desde la invasión. El bloqueo ha empeorado la escasez mundial de alimentos, ha aumentado los precios y ha hecho crecer el miedo al hambre, especialmente en África. De momento solo se han liberado 600.000 toneladas, según la estimación de Turquía.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, inspeccionando este viernes uno de los barcos que cargan grano en el puerto de Odesa.
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