Alemania
Alemania afronta la cuarta oleada de pandemia con una incidencia al alza que se encuentra en 213,7 casos por cada 100.000 habitantes. El gobierno, todavía en funciones después de las elecciones de septiembre, intenta aplazar al máximo la vacunación obligatoria y los confinamientos generales y duros. Mientras tanto, el más que probable futuro canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, no ha aclarado cuál será la estrategia que seguirá ante esta situación. Además, la campaña de vacunación está estancada en el país, con solo un 67% de población vacunada.
Incitar a la vacunación es uno de los objetivos que el gobierno ha expresado que hay que perseguir. Algunos estados ya han empezado a negar el acceso a ciertos espacios cerrados a personas que no se hayan vacunado, una medida que podría ser copiada por otros estados durante las próximas semanas.
La Asociación Alemana de Anestesia y Medicina Intensiva ha advertido de que una cuarta oleada puede llevar al límite las capacidades hospitalarias. El hospital más importante de Berlín, la clínica universitaria La Charité, ha anunciado la suspensión de las operaciones planificadas ante el aumento de ingresos de covid-19.
Dinamarca
El gobierno danés ha anunciado nuevas restricciones: obligatoriedad de presentar el "certificado de coronavirus" para acceder a restaurantes y bares, y a encuentros en espacios cerrados de más de 200 personas, como por ejemplo cines y museos. Este certificado asegura que la persona está vacunada con pauta completa o que tiene una prueba negativa.
Dinamarca se convirtió en uno de los pocos países en eliminar casi todas las restricciones que seguían vigentes a principios de septiembre. "Muchos países europeos están ahora pasando por su cuarta oleada de coronavirus. En Dinamarca estamos yendo de cabeza a la tercera oleada", afirmó el ministro de Sanidad, Magnus Heunicke.
Rusia
Justo al finalizar el periodo de 11 días de "vacaciones pagadas", el cierre de los negocios de manera estricta por el incremento de casos de covid-19, el gobierno de Vladímir Putin ha anunciado que la medida ha ayudado a controlar la oleada de casos que vivía el país. Aún así, este martes se han registrado 1.211 muertos, un nuevo máximo diario desde el estallido de la pandemia. El ritmo de vacunación, sin embargo, sigue siendo lento en Rusia con la desconfianza como principal motivo de la población del país para no querer ponerse la vacuna de fabricación nacional.
El alcalde de Moscú, Serguei Sobianin, ha anunciado que "esta semana será crucial para la capital", porque cuando acabe "quedará claro qué medidas hay que tomar para poder salir adelante". De entrada, muchas regiones han anunciado que empezarán a pedir comprobante de pauta completa de vacunación para poder acceder a cafeterías, restaurantes y centros comerciales.