Macron rescata la energía nuclear en plena crisis de precios del gas y la electricidad

Francia da marcha atrás en los planes para desmantelar centrales y desarrollará pequeños reactores nucleares

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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, en su discurso este martes para presentar el programa de gobierno.

ParísEn plena crisis alcista de los precios energéticos, Francia vuelve a apostar por la energía nuclear y deja aparcados los planes para desmantelar centrales y reducir su dependencia de un tipo de energía que no genera CO₂ pero que es potencialmente muy peligrosa. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha anunciado este martes que invertirá 1.000 millones de euros hasta el 2030 para desarrollar pequeños reactores nucleares que se sumarían a los 56 reactores activos que hay en el país. "Seguimos necesitando las nucleares", ha dicho para justificarse el presidente de la República. La inversión forma parte del programa Francia 2030, un ambicioso plan de 30.000 millones centrado en inversiones estratégicas –sobre todo para la transición ecológica y la innovación tecnológica– con el que Macron espera que el país sea capaz de competir con los Estados Unidos y China.

El anuncio no tendría tanta trascendencia si no fuera porque supone un golpe de timón en la política nuclear de Macron. Francia es el primer productor europeo de electricidad procedente de la energía nuclear y el segundo a escala mundial, solo por detrás de los EE.UU., pero la tendencia en Europa es reducir la nuclear y potenciar energías limpias y más seguras. También era el plan de Francia. Cuando llegó al Elíseo en 2017, el presidente francés se comprometió a desmantelar progresivamente las centrales nucleares y ratificó el objetivo impulsado por su predecesor, François Hollande, de reducir el peso de la energía nuclear en el mix energético del país, del 70% actual hasta el 50% en 2025 cerrando 12 reactores. Una de sus primeras decisiones como presidente fue precisamente cerrar una de las centrales históricas, la de Fessenheim, en Alsacia.

Los planes para reducir el sector se gestaron poco después del accidente de Fukushima, que tuvo un gran impacto en países con una gran industria nuclear. En Francia, el 40% de la energía que se consume proviene de la nuclear, una cifra que hace al país energéticamente menos dependiente y menos sujeto a las volatilidades del mercado que otros socios europeos. El ejecutivo francés asegura que le permite tener precios de la energía más baratos, pero Francia también está sufriendo con fuerza el aumento histórico de los precios del gas y la electricidad. El gobierno tuvo que tomar medidas a principios de octubre para evitar que sigan escalando.ç

Marcha atrás de Macron

Una década después de la tragedia de Fukushima, Francia da marcha atrás en sus planes y vuelve a apostar por el átomo. Macron ya dio hace unos meses alguna pista de sus planes: "El átomo tiene que seguir siendo un pilar del mix energético francés en las próximas décadas", defendía entonces. Sus planes pasan por reforzar este tipo de energía con el impulso de reactores pequeños y, según ha asegurado este martes, "más seguros", que todavía están en fase de desarrollo. En paralelo, Francia está construyendo un nuevo reactor de última generación en la central de Flamanville, en Normandía, que se prevé que entre en funcionamiento en 2023 después de años de retraso.

El plan Francia 2030 se centra en la descarbonización del sector energético e incluye también potenciar las energías limpias, especialmente el hidrógeno, pero sin renunciar a la nuclear, que no contamina con CO₂ pero no se considera una fuente de energía verde. De hecho, el gobierno francés hace meses que hace presión en Bruselas –por ahora, sin éxito– para convencer a los socios europeos de incluir la nuclear en el paquete de energías limpias. La petición choca de pleno con la posición de socios como España y Alemania. Francia, en cambio, tiene el apoyo de algunos países del Este.

Más protagonismo a la energía nuclear

La inversión anunciada es la primera piedra de los planes de Macron para dar más protagonismo a la energía nuclear para luchar contra el alza de los precios energéticos y contra el cambio climático. Según medios franceses, el presidente de la República se plantea incluso –y en contra de sus promesas al inicio del mandato– el impulso de nuevos reactores nucleares, pero dejará para después de las elecciones de 2022, si se mantiene en el Elíseo, la concreción de sus proyectos.

Como cualquier cuestión que Emmanuel Macron pone encima de la mesa, el tema de la energía nuclear se ha colado en la precampaña electoral de las presidenciales de 2022 y se ha convertido en un nuevo tema de división entre la derecha y la izquierda. Mientras los partidos conservadores y la extrema derecha –también Macron, liberal– apuestan por el átomo, los partidos de izquierdas reclaman que se cumpla el plan de desmantelamiento. La ciudadanía también está dividida: según una encuesta reciente publicada por Le journal du dimanche, el 51% de los franceses están a favor de la nuclear y el 48% en contra.

El Elíseo recuerda a la Iglesia que el secreto de confesión no está por encima de la ley

El informe sobre los abusos sexuales de sacerdotes pederastas dejaba en estado de shock a Francia la semana pasada. El documento acreditaba que en los últimos 70 años al menos 330.000 menores han sido víctimas de abusos en la Iglesia católica francesa. Pero también sorprendieron las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal del país, Éric de Moulins-Beaufort, asegurando que hay víctimas que habían explicado violaciones a los curas pero que estos últimos no lo habían denunciado a la justicia porque el secreto de confesión está por encima de las leyes de Francia. El ministro del Interior, Gérald Darmanian, se ha entrevistado este martes con De Moulins-Beaufort para dejarle claro que nada prevalece al derecho penal y que los sacerdotes que tengan conocimiento de actas pedófilos lo tienen que denunciar a la justicia.

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