Francia volverá a construir reactores nucleares décadas después

Macron anuncia también que amplía la tercera dosis a los mayores de 50 años

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El presidente de Francia, Emmanuel Macron.

ParísEmmanuel Macron había convocado a los franceses a las ocho del anochecer. Tenía programada una comparecencia, retransmitida en directo por las radios y televisiones del país, para compartir unos cuantos mensajes con la población: básicamente sobre el seguimiento de la situación epidemiológica en Francia, ahora que la pandemia rebrota en algunos puntos de Europa, y también sobre la recuperación económica después de meses de oscuridad vinculados al covid-19. Pero, probablemente, el anuncio más destacado de Macron servía para confirmar su apuesta por la energía nuclear: el político nacido en Amiens aseguró que –tal como ya se había avanzado– Francia construirá nuevos reactores por primera vez en décadas. 

La estrategia es clara: ahora que Bruselas estudia aceptar incluir la nuclear en el paquete de energías limpias y que los precios de la energía están por las nubes, Macron considera oportuno no solo abandonar la idea de desmantelar centrales nucleares sino también hacer algunas nuevas. “Para garantizar la independencia energética de Francia, relanzaremos la construcción de reactores nucleares en nuestro país”, dijo. El segundo motivo de peso, según defiende el Elíseo, es favorecer la lucha contra la crisis climática con una fuente de energía que prácticamente no emite gases de efecto invernadero. “Si queremos seguir pagando nuestra energía a tarifas razonables y no depender del extranjero, necesitamos, a la vez, seguir ahorrando energía e invertir en la producción de energías descarbonizadas aquí”, añadió Macron, que subrayó el objetivo de neutralidad de carbono en 2050. 

"Vacunaos"

Los otros dos anuncios destacados fueron de carácter sanitario. El aumento de los casos de coronavirus en Europa ha hecho reaccionar al gobierno de Emmanuel Macron, que dijo que ampliará la tercera dosis y vacunará también a las personas de más de 50 años. Hasta ahora solo estaba dirigida a los mayores de 65 años y a las personas inmunodeprimidas. 

En Francia, el repunte del coronavirus es ligero y la tasa de vacunación de la población es bastante elevada (alrededor del 75% de los ciudadanos están inmunizados), pero al gobierno le preocupa que los casos se hayan disparado en algunos países de Europa. “La pandemia no se ha acabado”, advirtió Macron. Al ejecutivo francés también le preocupa que el llamamiento a vacunarse con una tercera dosis no haya tenido el éxito esperado. Solo cuatro de cada 10 personas que tendrían que recibir el recordatorio han acudido a inmunizarse. El gobierno hacía días que estudiaba cómo animar a la gente mayor a recibir la tercera dosis y, finalmente, ha tomado una decisión que puede resultar polémica: a partir del 15 de diciembre, para mantener vigente el certificado sanitario, los mayores de 65 años tendrán que haber recibido la tercera dosis. Macron espera que la medida sirva para acelerar la vacunación del colectivo más vulnerable, pero también ha hecho un llamamiento a recibir la vacuna a los franceses que se han negado a inmunizarse. “Apelo a la responsabilidad de las personas que no han recibido ninguna vacuna: vacunaos”, reclamó.

Por ahora Francia descarta nuevas restricciones, pero el mandatario hizo un llamamiento al uso de las mascarillas en un país donde cada vez menos gente las utiliza y a tomar medidas de prevención para evitar los contagios. El aumento de los casos y del número de hospitalizaciones ha obligado a la mayoría de regiones donde los niños ya no llevaban mascarilla en la escuela a volvérsela a poner en clase. El presidente pide paciencia y recuerda que “a finales de año” tendría que estar disponible el nuevo tratamiento contra el covid-19 que evitará las formas más graves de la enfermedad.

Europa se sigue tensando

Alemania

Alemania afronta la cuarta oleada de pandemia con una incidencia al alza que se encuentra en 213,7 casos por cada 100.000 habitantes. El gobierno, todavía en funciones después de las elecciones de septiembre, intenta aplazar al máximo la vacunación obligatoria y los confinamientos generales y duros. Mientras tanto, el más que probable futuro canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, no ha aclarado cuál será la estrategia que seguirá ante esta situación. Además, la campaña de vacunación está estancada en el país, con solo un 67% de población vacunada.

Incitar a la vacunación es uno de los objetivos que el gobierno ha expresado que hay que perseguir. Algunos estados ya han empezado a negar el acceso a ciertos espacios cerrados a personas que no se hayan vacunado, una medida que podría ser copiada por otros estados durante las próximas semanas.

La Asociación Alemana de Anestesia y Medicina Intensiva ha advertido de que una cuarta oleada puede llevar al límite las capacidades hospitalarias. El hospital más importante de Berlín, la clínica universitaria La Charité, ha anunciado la suspensión de las operaciones planificadas ante el aumento de ingresos de covid-19.

Dinamarca

El gobierno danés ha anunciado nuevas restricciones: obligatoriedad de presentar el "certificado de coronavirus" para acceder a restaurantes y bares, y a encuentros en espacios cerrados de más de 200 personas, como por ejemplo cines y museos. Este certificado asegura que la persona está vacunada con pauta completa o que tiene una prueba negativa.

Dinamarca se convirtió en uno de los pocos países en eliminar casi todas las restricciones que seguían vigentes a principios de septiembre. "Muchos países europeos están ahora pasando por su cuarta oleada de coronavirus. En Dinamarca estamos yendo de cabeza a la tercera oleada", afirmó el ministro de Sanidad, Magnus Heunicke.

Rusia

Justo al finalizar el periodo de 11 días de "vacaciones pagadas", el cierre de los negocios de manera estricta por el incremento de casos de covid-19, el gobierno de Vladímir Putin ha anunciado que la medida ha ayudado a controlar la oleada de casos que vivía el país. Aún así, este martes se han registrado 1.211 muertos, un nuevo máximo diario desde el estallido de la pandemia. El ritmo de vacunación, sin embargo, sigue siendo lento en Rusia con la desconfianza como principal motivo de la población del país para no querer ponerse la vacuna de fabricación nacional.

El alcalde de Moscú, Serguei Sobianin, ha anunciado que "esta semana será crucial para la capital", porque cuando acabe "quedará claro qué medidas hay que tomar para poder salir adelante". De entrada, muchas regiones han anunciado que empezarán a pedir comprobante de pauta completa de vacunación para poder acceder a cafeterías, restaurantes y centros comerciales.

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