Macron apela al espíritu de resistencia de De Gaulle: "Id a votar, no tenga miedo"
El presidente francés asiste por primera vez al aniversario de la llamada contra los nazis para establecer paralelismos con el momento presente
ParísEn plena Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis ya habían entrado en París, el general Charles de Gaulle llamaba a la resistencia desde Londres, a través de la radio pública británica, la BBC, poco antes de que el mariscal Pétain negociara el armisticio con los alemanes. "Pase lo que pase, la llama de la resistencia francesa no debe apagarse y nunca se apagará", dijo en su discurso radiofónico que se conoce como la llamada del 18 de junio. Corría 1940. El llamamiento a la resistencia de De Gaulle ante la ocupación nazi –en contraposición con el colaboracionismo que encarna Pétain– es uno de los capítulos de la Segunda Guerra Mundial más honrado por los franceses y por todos los presidentes de la Quinta República.
84 años después de ese momento histórico que ha marcado el relato de la resistencia en Francia, la extrema derecha de Marine Le Pen –a menudo señalada como la heredera de Pétain– amenaza con convertirse en la primera fuerza en la Asamblea Nacional. El presidente de la República, Emmanuel Macron, ha presidido este martes el homenaje a De Gaulle en Île-de-Sein (Bretaña) teniendo muy presente el momento crítico que vive Francia, a punto de celebrar unas elecciones legislativas más decisivas que nunca y que apuntan a una clara derrota de la coalición presidencial. No es casualidad que Macron haya asistido este año a la conmemoración de la llamada del 18 de junio. Es la primera vez que asiste.
El presidente, siempre elegante en las formas, no ha trazado un paralelismo directo entre la llamada de De Gaulle y la situación que vive hoy Francia. Pero su discurso, con citas de poetas y ensayistas como Charles Péguy –uno de los maestros intelectuales del general De Gaulle– tenía referencias claras a la situación actual. "Somos los herederos de ese espíritu de resistencia", ha subrayado el presidente de la República. "No tenga miedo –ha dicho dirigiéndose a los franceses–. Vaya a votar y elija su futuro".
Por la mañana, el inquilino del Elíseo ha participado en la tradicional ceremonia del mantenimiento de la llama en el Mont-Valérien, principal lugar de ejecución de resistentes y rehenes del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Macron honraba así a Charles de Gaulle cuando pedía, simbólicamente, que nunca se apagara la llama de la resistencia.
La llamada de Le Maire
El ministro de Economía, Bruno Le Maire, también ha lanzado un mensaje similar, pero ha sido más explícito que Macron. "Quiero apelar a su espíritu de resistencia", arranca Le Maire en un vídeo difundido en las redes sociales. "Resistencia a los delirios programáticos que vemos en la extrema derecha y la extrema izquierda", sigue. "Ahora más que nunca, ¡resistís!", exhorta el ministro.
Desde su llegada al Elíseo, Macron se ha inspirado siempre en el mito de Charles de Gaulle a la hora de hablar de una Francia fuerte y unida capitaneada por una figura que encarna a la autoridad. Pero no fue el único en utilizar la figura del general. La líder de Reagrupament Nacional, en un intento de distanciarse de la imagen pro Pétain, le ha alabado en distintas ocasiones. En 2020 asistió incluso al homenaje del general a Île-de-Sein. Algunos asistentes lo vieron como un insulto a De Gaulle y Le Pen fue silbado.
El Frente Nacional, fundado por Jean-Marie Le Pen, el padre del actual líder, en 1972 era abiertamente de ultraderecha, racista y antisemita. Fue fundado por grupos fascistas, algunos vinculados al nazismo. Marine Le Pen intentó romper con la herencia de su padre cambiando el nombre del partido, distanciándose de la ideología antisemita y reivindicando, como siempre han hecho los partidos tradicionales en Francia, la figura del general De Gaulle. La estrategia le está funcionando.
El pueblo del general
El acto presidido por Macron no ha sido el único para conmemorar el llamamiento a la resistencia. El nombre del expresidente de la República estará para siempre íntimamente ligado a Colombey-les-Deux-Églises, un pueblo de poco más de 700 habitantes situado en un entorno bucólico de la región del noreste. Era el lugar en el que veraneaba el general. De Gaulle amaba mucho el pueblo y la casa que tenía, La Boisserie. Tanto, que murió en el pueblo, y sus restos, así como los de su familia, también descansan. Está su tumba y un memorial, y es un sitio de peregrinación para los amantes de la historia. Cada 18 de junio, el pueblo rinde homenaje en el general.
En 84 años las cosas han cambiado mucho y el municipio también se ha acabado rindiendo en Le Pen. En las elecciones europeas del 9 de junio, el Reagrupament Nacional fue la fuerza más votada en Colombey-les-Deux-Églises, con casi el 53% de los votos. La extrema derecha le ha conquistado. Del espíritu de resistencia de Charles de Gaulle ya queda poco.