Raquel Martí: "La ciudadanía está demostrando que no quiere seguir viendo cómo Israel masacra a los palestinos"

BarcelonaLa directora ejecutiva en España de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina (UNRWA), Raquel Martí, ha visitado este lunes Barcelona para formalizar el apoyo de 500.000 euros que el organismo recibirá de la Diputación de Barcelona, ​​tal y como ha confirmado la vicepresidenta sexta del organismo, Maria Eugenia Gay. El UNRWA trabaja "como uno paragobierno", en palabras de Martí: ofrece todos los servicios sociales, educación y sanidad, a las poblaciones de refugiados palestinos en Gaza, Cisjordania, Siria, Líbano y Jordania.

Israel prohibió la presencia de la UNRWA en los territorios palestinos el pasado año, pero no se ha marchado. ¿Cómo se ha visto dificultada su labor desde entonces?

— Seguimos trabajando con muchas dificultades y todavía somos la mayor agencia de la ONU que sigue operando en Cisjordania y en Gaza. El mayor impedimento es que Israel no ha renovado los visados ​​del personal internacional, que ha tenido que irse de Gaza y Cisjordania y ahora opera desde Ammán. Pero en total son 150 personas de un total de 30.000 trabajadores que tenemos en todo Oriente Próximo y que en la gran mayoría son población local, porque la UNRWA prioriza contratar a refugiados palestinos. Seguimos trabajando en Gaza a pesar de todo. Ahora tenemos 11.000 trabajadores, de los 13.000 que teníamos antes de la ofensiva israelí: 360 han sido asesinados, y los otros han sido desplazados forzosamente y no pueden trabajar. Somos el mayor agente sanitario dentro de Gaza y atendemos entre 14.000 y 16.000 consultas diarias, cuando los hospitales están prácticamente destruidos. Aún tenemos en Gaza a 100.000 personas acogidas en nuestras escuelas y clínicas. Todas ellas han sido atacadas al menos una vez, pero la gente sigue viviendo en las ruinas de estos edificios.

Han obedecido alorden israelí de evacuación de la ciudad de Gaza?

— Los últimos cuatro días han atacado a 10 de nuestros edificios en la ciudad de Gaza y el norte de Gaza, siete escuelas y dos clínicas, y todos ellos tenían personas refugiadas, principalmente mujeres y criaturas. Nosotros no obligamos al personal a quedarse, evidentemente es una decisión personal, y la mayor parte de nuestros empleados permanecen en sus puestos de trabajo hasta que se ven forzados obligatoriamente a desplazarse. Entonces se desplazan a otra área donde regresan a sus puestos de trabajo con otra población.

UNRWA también se encarga de medir la desnutrición infantil en Gaza. ¿Cuál es la situación ahora?

— La hambre ha sido declarada en la ciudad de Gaza y en el norte de Gaza. Y si la situación no cambia, y no parece que cambie, a finales de septiembre se propagará a Khan Yunis ya Deir al Balah. Hasta ayer las cifras eran de 440 muertes por inanición, incluyendo 140 niños y niñas. Y cada día mueren una media de entre 5 y 7 personas. Esto irá en aumento porque Israel ha creado todas las condiciones para que no se pueda sobrevivir en Gaza: ha destruido todo el sistema sanitario, ha impedido la entrada de medicamentos para el tratamiento de enfermos crónicos como cáncer o diabetes, ha destruido todo el saneamiento y el sistema de agua potable y permite que se acumulen la basura que propa. Es obvio que la intención de Israel es perpetuar el hambre en Gaza.

Ahora mismo, los únicos puntos de reparto de alimentos son los de la llamada Fundación Humanitaria de Gaza. ¿Tienen alguna relación?

— No. La Fundación Humanitaria de Gaza es una organización creada por Israel con el apoyo de Estados Unidos. Es un conjunto de mercenarios y de gángsters que utilizan la ayuda humanitaria para atraer a la población a trampas mortales donde se les está asesinando. Ya han asesinado a más de 2.400 personas e han herido a más de 16.000, por lo que es obvio que ninguna agencia de Naciones Unidas ni ninguna ONG internacional está colaborando con ellos; desde el principio nos hemos negado.

¿Usted definiría lo que ocurre en Gaza como genocidio?

— Yo no soy quién por definir genocidio porque para eso está el Tribunal Internacional de Justicia investigándolo, pero el TIJ ha aceptado la denuncia de Suráfrica por presunto genocidio, porque dice que hay indicios suficientes. Y la máxima experta ahora mismo en lo que está sucediendo en el territorio palestino ocupado es Francesca Albanese, relatora de la ONU y experta en derecho internacional humanitario, y ella publicó el pasado año un libro en el que explica por qué se está cometiendo un genocidio en Gaza. Hay muchísimos expertos, muchos de ellos judíos, que han concluido que Israel está cometiendo genocidio. Pero las Naciones Unidas por lo general no se posicionan hasta que el TIJ publique su veredicto.

Pero toda la situación que usted misma acaba de describir, y que dice demostrar ciertas intenciones concretas, ¿podrían ser pruebas para este juicio?

— Cuando estás prohibiendo la entrada de ayuda humanitaria, ya tienes unas intenciones. Cuando estás impidiendo trabajar en las agencias de la ONU ya tienes una intencionalidad, y no sólo es en la UNRWA a la que están prohibiendo trabajar, también en otras agencias como la OCHA, que coordina toda la ayuda humanitaria dentro de Gaza. Es un intento de acabar con las organizaciones que están llevando a cabo la ayuda humanitaria a Gaza para crear estas condiciones de las que estamos viendo cuál es el resultado, que es el hambre.

El gran argumento del gobierno de Benjamin Netanyahu es que todo lo hace para destruir a Hamás.

— Nada justifica la matanza que Israel está llevando a cabo en Gaza. Nada justifica atacar a los hospitales, nada justifica atacar a las escuelas llenas de población civil. Es un castigo colectivo prohibir la entrada de ayuda humanitaria. Puede ser un crimen de guerra forzar a la población a desplazarse. Así pues, creo que Israel lo que está haciendo es atravesar muchísimas líneas rojas de violaciones del derecho internacional humanitario sin justificación alguna.

Cómo valora los hechos del fin de semana en la Vuelta?

— Creo que la ciudadanía está demostrando constantemente que no quiere seguir viendo cómo Israel masacra a la población palestina y evidentemente están haciendo todo lo que consideran para llamar la atención y exigir a los gobiernos que tomen medidas y así intentar acabar con el sufrimiento de la población palestina. Yo lo que preguntaría es por qué sí se pudo vetar a un equipo como el ruso y, en cambio, no se puede vetar a un equipo como Israel. Lo que dice la ciudadanía es que permitir participar en eventos deportivos que dan tanta visibilidad a Israel es una manera de lavar su imagen y de ocultar lo que está haciendo. Por tanto, lo que deberíamos preguntarnos todos es si queremos seguir apoyando este lavado de imagen y perpetuar la situación en Palestina.