Guerra entre Israel y Palestina

Los colonos se ensañan con los palestinos de Cisjordania: "Les han dado carta blanca"

Se disparan los ataques contra la población ocupada desde los asentamientos ilegales, rearmados por Israel con 10.000 rifles

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Una mujer llora durante el funeral de palestinos asesinados a manos de colonos cerca de Nablus

Barcelona"Perdona que haya tardado en responder, pero aquí estamos viviendo una locura. Ayer un hombre fue asesinado a unos metros de mi casa". La cruda previa que se refiere a preguntas del ARA Manal Tamimi, destacada activista palestina del pequeño pueblo de Nabi Saleh, a unos 20 kilómetros de Ramala, permite hacerse una idea de lo que está pasando en Cisjordania mientras las bombas israelíes arrasan Gaza. Ya se han registrado unos ochenta muertos palestinos en los territorios ocupados desde que comenzó la ofensiva en la Franja, y el ejército –certifica Tamimi– no es el único causante de las víctimas.

Los colonos ultraortodoxos de Cisjordania y Jerusalén Este –más de 700.000 en unos 300 asentamientos ilegales, según las últimas estimaciones de la ONU– han redoblado la violencia contra la población árabe. Lo han hecho, además, alentados por el gobierno de Benjamin Netanyahu, que la semana pasada les rearmó con 10.000 rifles, cascos y chalecos antibalas. Tel-Aviv, según denuncian varias voces sobre el terreno, les ha dado "carta blanca" para atacar a palestinos y avanzar en el proceso de colonización.

"Mientras todo el mundo está mirando a Gaza, nadie está mirando qué ocurre en Cisjordania: los colonos se están tomando la ley y el orden por su cuenta", denuncia Tamimi. "Están haciendo lo que quieren: disparan, queman casas y se apoderan de tierras palestinas", reafirma en conversación telefónica Dror Sadot, portavoz de la ONG israelí B'Tselem.

Ambas dejan claro que esta violencia no es nueva, pero coinciden en que en la última semana se ha acelerado. Medios internacionales se han hecho eco de mensajes en grupos de WhatsApp de colonos en los que se llama a atacar a los palestinos, a los que tachan de "nazis" o "ratas", y el resultado ahora mismo es de al menos cinco asesinatos en tan sólo 13 días. Numerosos vídeos en las redes sociales atestiguan esta violencia.

Uno de los que más han corrido es el de un colono en las afueras de Hebrón disparando a un palestino indefenso a menos de un metro de distancia. También circularon imágenes del ataque al pueblo de Qusra, al sur de Nablus, que se saldó con la muerte de cuatro palestinos, y del boicot del funeral de las víctimas, durante el cual los extremistas mataron a un padre y al suyo hijo. Colones tirando cócteles molotov contra casas palestinas en Jerusalén Este o destruyendo depósitos de agua, calcinando coches y arrasando campos de olivos en distintos puntos de Cisjordania son otros de los casos registrados. "Y todo ello con la aceptación del Estado de Israel y la protección del ejército", afirma Sadot.

La connivencia de los soldados con estas acciones es evidente estos días en Hebrón, donde la ocupación de los 800 colonos en la ciudad llega hasta el centro histórico. En paralelo al bloqueo de los accesos al municipio, se ha impuesto un toque de queda que sólo permite a los palestinos salir de casa en franjas de 30 minutos. Es entonces cuando ocurren los ataques coordinados entre civiles y militares israelíes. "A menudo abren fuego a la vez. Y algunos colonos actúan vestidos con uniforme del ejército a pesar de moverse con vehículos civiles. Lo sabemos porque los conocemos, son nuestros vecinos", explica por teléfono Hisham Sharabati, coordinador del Comité de Defensa de 'Hebron.

En Nabi Saleh, que resisten ante las amenazas de un asentamiento muy cercano desde 1976, Tamimi explica que en los últimos días han sufrido varias tentativas de asalto en el pueblo y que les han intentado incendiar dos casas. Su respuesta ha pasado por organizarse en turnos de guardia durante las noches para dar la alarma cuando llegan los colonos. "Si vienen se avisa a todo el mundo, también desde los altavoces de la mezquita. En un minuto todo el mundo acude a proteger las casas, incluso de otras poblaciones, y podemos echarlos".

Esta situación "horrible" que describe Tamimi no es muy diferente a la que se está viviendo en el Valle del Jordán, donde el 95% de este territorio fronterizo con Jordania está declarado zona C –controlada totalmente por Israel, según los acuerdos de Oslo– y donde la población palestina vive sitiada por cerca de 60 colonias y 100.000 colonos. Rashed Khudiri, portavoz del Movimiento de Solidaridad del Valle del Jordán, confirma desde Fasayil, en el norte de Jericó, el aumento de los "ataques, intimidaciones y incautación de tierras" en las comunidades palestinas. "Los colonos se presentan con personal de seguridad de los asentamientos, soldados y policía israelí. Y si no marchas, vuelven por la noche y te disparan. Es terrible", relata.

Medio millar de palestinos forzados a marchar de casa

Khudiri está convencido de que "Israel está aprovechando la guerra para desplazar a personas de las zonas C", una teoría que comparte Sharabati desde Hebrón: "El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, participó personalmente en la entrega de las armas a los colonos. El objetivo es tomar el control total de gran parte de Cisjordania de cara a nuevas expansiones", dice. Sólo desde el 7 de octubre, 552 palestinos (136 de ellos menores) se han visto forzados a abandonar su casa porque sufrían por sus vidas, según el recuento de B'Tselem. Una cifra destacable si tenemos en cuenta que, en los dos últimos años, la ONG había registrado 450.

La propia organización denunciaba en un comunicado este jueves que "Israel está explotando cínicamente la guerra para hacerse cargo de más tierras en Cisjordania". "Para lograr ese objetivo, la violencia de los colonos ha aumentado tanto en frecuencia como en intensidad", añadía. Y hasta ahora esa violencia no era menor: según una declaración de agosto de las Naciones Unidas, en los seis primeros meses de 2023 se registraron 591 "incidentes" relacionados con los colonos con víctimas palestinas, un 39% más que el año anterior y la cifra más alta desde que existen registros (2006).

Los testigos recogidos en este reportaje coinciden en que la situación va a "peor" desde que Israel empezó a bombardear a Gaza y temen que aún escale más. Sharabati sostiene que el objetivo de fondo de Israel es hacer imposible la existencia de un estado palestino. La misma tesis, precisamente, que apuntan a varios analistas anteuna eventual reocupación de la franja de Gaza. "Es un genocidio", concluye.

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