Estimados lectores, si hace unos diez años tuvo la buena fortuna de ir al teatro a ver la obra Incendios, del libanés Wajdi Mouawad, a cargo del grupo La Perla 29, ya tuvo el privilegio de entender de qué va esto del Líbano. Me explico.
Cuando empezaban los ensayos, entre nosotros Muawa Najwi era poco conocido. Según avanzaban los primeros ensayos, el director Oriol Broggi me pidió consejo. Algo ocurría que no captaban bien el corazón de la obra. Lo hice con mucho gusto. De entrada habían pensado que la trama iba de terrorismo yihadista, Al Qaeda o ISIS, con un desgraciado primer cartel en el que aparecía Clara Segura que parecía la viuda de un yihadista, o una monja de clausura. Yo les conté (fui muchas veces a los ensayos) que el problema de Líbano, y de la violencia en Líbano, era… ¡Líbano!
En 1975 estalla la guerra civil, con dos bandos muy heterogéneos enfrentados a muerte. Por un lado, una coalición entre la izquierda libanesa y una variedad de grupos palestinos: Al Fatah, FPL, PDLP, etc. Y por otro, la esquina cristiana: grupos maronitas, grecoortodoxos, etc. Y cada uno de estos conceptos incluía varias milicias, todas bien armadas y mirándose de reojo. Israel, puestos a equivocarse ya, decidió apoyar a las diversas milicias cristianas: los Tigres de Gemayel, la Falange Libanesa, las Fuerzas Libanesas y algún otro.
Israel pensaba así liquidar el problema… no de Hezbollah, que todavía no existía, sino el problema de Fatahland, es decir, echar a los palestinos del Líbano. En 1978, debido a las luchas en la zona, la ONU (que nunca pierde la oportunidad de equivocarse) creó la fuerza FINUL. Lo digo bien, en 1978, y todavía está ahí, pero todavía no sabe muy bien cuál es su función. ¿Interposición? ¿De verdad?
Hasta la línea del río Litani
Así que en 1978 Israel entra en Líbano, hasta la línea… ¡del río Litani! Más tarde se retira, pero en 1982 (¡no en 2006!) comienza la traca más grande. Israel entra militarmente el 6 de junio, y en ocho días se planta en Beirut, rodea la OLP y se instala en la parte este de la capital. Está un par de años, cuando se va hacia el sur y se queda en la franja entre el río Litani y la frontera con Israel. Luego entendimos que los palestinos ya estaban amortizados y que con esa invasión había creado el monstruo Hezbollah. La anterior milicia chií, Amal, también quedó amortizada.
Israel se quedó en el sur del Líbano hasta el año 2000, cuando se retiró. ¿Gran victoria? Pues está a la vista. Entre los años 80 y 2000, error mayúsculo, Israel intenta crear el ESL (Ejército del Sur del Líbano), con el mayor Haddad (que murió de cáncer) y el general libanés cristiano Antoine Lahad. En 1988 una chica libanesa amiga de la familia le disparó varios disparos en el pecho. Cuando en 2000 Israel se va del Líbano, ¿qué ocurre con los 2.000 milicianos del ESL y sus familias? Ya podéis imaginar…
Y así llegamos al 2006: nueva invasión militar de Israel –esta vez ya contra Hezbollah–, varias semanas, muchos muertos, e Israel se vuelve a retirar, más bien derrotado, sobre todo políticamente porque no ha obtenido ninguno de sus objetivos.
¿Y ahora Israel, mejor dicho Netanyahu, ¿dice que entrando militarmente en el Líbano hasta el río Litani resolverá sus guerras?
Para ayudar a los de La Perla 29, que se iban quedando a cuadros, colaboré para montar un viaje (de los actores) al Líbano, con acceso al sur del país acompañados paso a paso de oficiales españoles de la FINUL (se llevaron al 100%). Visitaron Khiam, feudo de Hezbollah; visitaron Marjayoun, feudo de los cristianos maronitas; todo el mundo les acogió muy bien, volvieron, y me dijeron: “Ya lo hemos entendido, es… Líbano”. El éxito de la obra fue espectacular, muchos espectadores salían llorando. Y Líbano tiene cinco millones de habitantes.