La desaparición de Yahya Sinwar incidirá directamente en el contexto inmediato de la guerra de Gaza y también en la coyuntura futura de Hamás, pero esto no significa que estemos ante la derrota definitiva de la resistencia islamista, y, por consiguiente, ante el fin del conflicto entre los palestinos e Israel. Más bien parece que se está produciendo un cambio de ciclo, y no un cambio de época.
Recordemos que hay una larga lista de líderes de esta organización que han sido asesinados, empezando por su fundador Ahmed Yassin. No sería la primera vez que algunos analistas ven en estas muertes una victoria definitiva, o casi definitiva, de Israel, y al final resulta que el sucesor es aún peor desde el punto de vista del estado judío.
Tras el asesinato de Ismail Haniyeh en Teherán en agosto, Sinwar asumió la dirección de la Oficina Política, y ahora Hamás deberá escoger su reemplazo. Por otra parte, la escabechina que ha hecho Israel durante el último año sugiere que debe haber una renovación significativa en la cúpula de Hamás, pero eso no significa que la resistencia acabe de repente este jueves; por el contrario, probablemente continuará, aunque sea de una manera que cueste imaginar.
Muchas incertidumbres
Ciertamente, Hamás vive un momento complicado, quizá lo más complicado de su historia, que arranca en 1987. La Franja de Gaza nunca había sido tan destruida, y sobrevuela la amenaza de la deportación de toda, o de una parte considerable, de la población palestina, una posibilidad que se promueve todos los días desde el gobierno de Benjamin Netanyahu.
El primer ministro puede presentar ante su país otra victoria, probablemente la más sonada. Antes había eliminado a Mohamed Deif y al citado Haniyeh, y de esta forma ha decapitado completamente la dirección de la organización que planificó la matanza del 7 de octubre de 2023, la peor jornada en la historia de Israel.
¿Va a modificar la muerte de Sinwar los planteamientos de Netanyahu de cara a un acuerdo con Hamás? Habrá que esperar para contestar a esta pregunta. En primer lugar, no sabemos quién será el interlocutor de Netanyahu y, en segundo lugar, no sabemos si el nuevo líder mantendrá las líneas que Sinwar había marcado claramente. Un factor que juega un papel central en todo este revuelo son las elecciones en Estados Unidos. El futuro no será el mismo en función de quien sea el ganador. Si la victoria es para Kamala Harris, habrá algo más de control sobre Netanyahu, pero si la victoria es de Donald Trump, el primer ministro dispondrá de carta blanca para hacer lo que quiera.