Israel e Irán: dos potencias militares que se arriesgan a una guerra regional

La enemistad histórica entre Tel Aviv y Teherán llega a un punto sin precedentes tras el ataque directo de este fin de semana

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Varios ciudadanos celebraban la madrugada del sábado en las calles de Teherán el ataque iraní contra Israel.

BeirutTras la inédita tormenta de misiles iraníes contra Israel, la república islámica ha dado por concluida su respuesta militar por el ataque israelí al consulado iraní de Damasco el primero de abril, en el que murieron dos altos mandos del cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. Sin embargo, Teherán ya ha advertido que "si el régimen israelí comete otro error, la respuesta de Irán será considerablemente más severa". La venganza está ahora en manos de Israel.

Desde que comenzó hace más de seis meses la guerra en la franja de Gaza, Irán ha estado moviendo los hilos entre bastidores, a través de las milicias proiraníes en la región. Los houthis desde Yemen, Hezbollah desde Líbano, la resistencia islámica desde Irak y la Guardia Revolucionaria Islámica en la retaguardia de Siria, para golpear los puestos militares de Israel. El mayor de los temores de una regionalización del conflicto es una confrontación directa entre Israel e Irán, ya que tras la revolución islámica de 1979, Tel Aviv pasó a ser el enemigo jurado del régimen de los ayatolás, que aboga por su desaparición a favor de un estado palestino.

Hay que recordar que el país persa fue la segunda nación musulmana, después de Turquía, en reconocer a Israel en 1950, pero tras la revolución iraní cortó toda relación con Tel Aviv. Desde entonces ha ido creando un ejército en el exterior –el eje de la resistencia de Irán– para atacar a Israel indirectamente. En 1980 inspiró la Yihad Islámica palestina, la primera organización armada contra Israel, y en 1982 fundó Hezbollah en Líbano, tras la invasión israelí en el País del Cedro, en el contexto de la guerra civil libanesa. Desde finales de los años 90, el desafío militar de Irán en Israel se hizo más obvio con su carrera armamentística y la amenaza del enriquecimiento de uranio por fabricar la bomba atómica.

Su presupuesto militar ha crecido desde 2021 y se ha elevado hasta los 24.600 millones de dólares, así como la financiación de la Guardia Revolucionaria, que ha llegado a suponer incluso el 34% del gasto militar de la república islámica. Irán posee hoy un arsenal militar de tecnología moderna con drones de ataque Shahed 136 y misiles de crucero de larga distancia que pueden llegar a cualquier ciudad de Israel, como se ha demostrado con el ataque masivo de la madrugada del domingo , y que han sido masivamente utilizados por Rusia en Ucrania.

Pero Israel también ha demostrado la eficacia de sus defensas antiaéreas al interceptar gran parte de los drones y misiles dirigidos hacia su territorio. Ésta ha sido la primera vez que el régimen iraní golpea directamente a Israel en años y, aunque el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, haya esparcido públicamente su victoria, en un momento en que su popularidad está por tierra en Israel, la respuesta iraní ha sido medida.

Un ataque medido

“No ha sido un ataque sorpresa, Israel lo esperaba y había tomado medidas para frenarle. La Guardia Revolucionaria anunció con antelación el lanzamiento de drones de ataque, lo que dio tiempo a los aliados de Israel a tener preparadas las baterías antiaéreas”, explica al ARA el abogado y analista proiraní, Bashar Al Lake. A su juicio, el ataque del sábado por la noche ha sido una advertencia. "El ataque fue diseñado para crear un espectáculo calibrado con el objetivo de restaurar la posición disuasoria de Irán y, al mismo tiempo, evitar una escalada a gran escala", asevera, antes de añadir que Irán "no podía dejar pasar por alto el ataque contra el consulado".

"El ataque iraní no tuvo como objetivo a centros civiles, sólo bases militares aisladas", indica, por su parte, Ali Mohammed, del instituto de investigación Arab Researcher. "Sobre la base de estos dos puntos y teniendo en cuenta las precauciones de Israel para evacuar a los aviones y al personal militar, un incidente con víctimas masivas no era una opción ni un plan para Irán", insiste Mohammed. Sin embargo, a su juicio, fue un cálculo de error estratégico. "Irán optó por un gran ataque en lugar de uno simbólico, pero un gran ataque que estaba calibrado por no hacer mucho daño –señala–. Esto no disuadirá a Israel. Por el contrario, hará que Irán parezca débil e ineficaz", advierte. Mohammed reconoce que las defensas aéreas de Israel funcionaron bien, pero no habrían sido tan efectivas si Israel no hubiera tenido dos semanas de preparación, y la ayuda de terceros países para interceptar los dones y misiles iraníes.

La pregunta ahora es si Israel cometerá errores en la respuesta contra Irán. El comandante jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica, Hossein Salami, ya ha advertido que la ecuación con Israel ha cambiado y, “a partir de ahora, si Israel ataca los intereses y los ciudadanos iraníes en cualquier lugar, habrá represalias desde de Irán”. Si estas advertencias son ciertas, la república islámica se está arriesgando a una guerra dentro de sus fronteras, lo que evita desde hace años.

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