Esta semana, a partir del jueves, la administración de Joe Biden ha hecho declaraciones a favor de aplicar una iniciativa que detenga la guerra entre Israel y Hezbolá durante 21 días. Hicieron pública esta iniciativa el jueves, pero no ha prosperado, porque el primer ministro Benjamin Netanyahu la descartó el mismo jueves inmediatamente después de llegar a Nueva York para participar en la sesión anual de la Asamblea General de la ONU. Paradojas del mundo de hoy. Paradojas de la guerra.
El departamento de Estado de Estados Unidos dijo después que el propio Netanyahu había dado el visto bueno a explorar la iniciativa de alto el fuego sólo unas horas antes de atentar contra la vida del líder de Hezbollah en Beirut, Hasan Nasrallah . ¿Por qué cambió Netanyahu de opinión? En Israel, se dice que la presión de los ministros de extrema derecha le obligó a dar un paso atrás, para no poner en peligro su silla. El bombardeo masivo contra el cuartel general de Hezbollah es, sin duda, un fuerte golpe sobre la mesa. El asesinato de Nasrallah es una peligrosa bomba de relojería para la región. También un gran interrogante para el futuro de Hezbollah y del eje pro-iraní.
Un razonamiento similar se da para explicar por qué tampoco se ha llegado a un alto el fuego en la franja de Gaza después de un año de guerra. En Gaza, Estados Unidos también presentó iniciativas que no han prosperado. Las primeras propuestas americanas son de noviembre del pasado año, y durante todos estos meses ha habido más, pero no han avanzado. En Israel se dice que Netanyahu caería si las hubiera aceptado.
Es necesario que parezca que la primera potencia mundial está haciendo algo, y esto explica por qué presentan constantemente iniciativas en este sentido, pero, por otra parte, está suministrando armas y bombas continuamente a Israel. Esta semana, sin ir más lejos. Si realmente la administración Biden estuviera interesada en un alto el fuego, habría restringido la exportación del armamento que Israel ha utilizado a Gaza y Líbano.
Tragedias visibles
No fue el caso. Por el contrario, los arsenales israelíes están llenos de armas y bombas que llegan a diario, que Netanyahu utilizó sin descanso y que causan la muerte de decenas de palestinos todos los días, la mayoría civiles, mujeres y niños. Los datos de la tragedia han sido visibles sobre la mesa en cada momento, por lo que Washington no puede alegar ignorancia.
Esta entrega de armas a discreción ha durado un año entero, y parece que va a continuar en el futuro. La administración mantiene la luz verde todos los días, y al mismo tiempo dice que quiere llegar a un acuerdo de alto el fuego temporal. El margen de movimiento de la administración es pequeño y todo indica que no tendrá resultados hasta que Netanyahu lo desee.
Netanyahu está jugando con Washington a la espera de las elecciones presidenciales de noviembre. Si gana Donald Trump, el desenlace del conflicto podría ser muy distinto que si gana Kamala Harris. Netanyahu podría anexionar a Israel una parte o toda la superficie de la Franja, si gana Trump. Las elecciones de noviembre podrían tener consecuencias dramáticas para el futuro de los palestinos e incluso para el futuro de Oriente Próximo.
Hemos visto que es Netanyahu quien pone las condiciones. Su objetivo principal es obtener una rehabilitación personal y política que necesariamente debe venir de su dureza ante el enemigo, tanto en la franja de Gaza como en Líbano. En ese contexto parece lógico que el primer ministro mantenga la guerra extrema del último año hasta que considere viable su rehabilitación, hasta que crea que una ancha mayoría de los israelíes apoyan su rehabilitación.