La transformación de Hamás no podrá ser
El diario Asharq Al-Awsat ha publicado esta semana una información de perspectiva imposible relativa a Hamás. Según este medio árabe, la dirección de la organización islamista está estudiando documentación relativa a una transformación del movimiento armado en una fuerza política con deposición de armas incluida, es decir, con una renuncia completa a la lucha armada.
Las armas se entregarían en el marco de una profunda reforma en el interior de Palestina, en la que Hamás se convertiría en una formación política como el resto de partidos e incluso se incorporaría a la Organización por la Liberación de Palestina (OAP). El diario recuerda que Hamás ha repetido recientemente que si se dan ciertas circunstancias, la entrega de armas es posible.
En este contexto hay que decir que la información se publicó el martes, pero horas antes, el lunes, supimos dos cosas directamente relacionadas con Hamás: que la Casa Blanca ha iniciado un proceso para declarar ilegales en Estados Unidos a los Hermanos Musulmanes y que Benjamin Netanyahu ha comenzado un proceso similar para declarar il. En ambos países, los Hermanos Musulmanes se convertirán en organizaciones terroristas y no podrán hacer política aunque renuncien a las armas.
Fundados en Egipto hace un siglo, los Hermanos Musulmanes son una organización con una considerable implantación en algunos países de Oriente Próximo y con simpatizantes en todo el mundo. Incorpora una visión relativamente modernizada del islam tradicional. Se implantó en la Franja de Gaza en los años ochenta y estuvo en el origen de Hamás en diciembre de 1987.
La decisión de la Casa Blanca y de Israel no es casual. Más bien es una acción coordinada para frenar cualquier intención de Hamás de convertirse en una fuerza política reconocida internacionalmente. En realidad, esta película la hemos visto en Egipto, cuando los Hermanos Musulmanes ganaron las elecciones después de las Primaveras Árabes y enseguida tuvimos un golpe de estado y los Hermanos Musulmanes se convirtieron en grupo terrorista.
Evitar la irrupción del islam político
Israel, y por tanto Estados Unidos, no puede permitir la irrupción del islam político en la frontera israelí. Esto es muy fácil de resolver: basta con declarar grupo terrorista al islam político. Sin embargo, este movimiento no-violento está muy arraigado en amplias zonas de Oriente Próximo y difícilmente desaparecerá de Gaza de forma automática.
A mediados de la primera década del siglo, Hamás ganó claramente las últimas elecciones legislativas celebradas en Palestina, tanto en la Franja de Gaza como en Cisjordania. Han pasado casi dos décadas y no han vuelto a celebrarse elecciones. Ni Israel ni el presidente Mahmud Abbas tienen interés en abrir las urnas en el islam político.
Pero si Hamás depone las armas, Israel no tendrá ningún interés en negociar la creación de un estado palestino, por lo que es un paso muy arriesgado, porque ésta es la única forma de presión de los palestinos. La renuncia a las armas sólo tendría sentido si previamente Israel acepta la creación de un estado en los territorios ocupados durante la guerra de 1967, algo que no parece al alcance de los palestinos.
Israel no puede permitir un estado que vote masivamente al islam político. Por tanto, estamos ante una situación que sólo se podría resolver con una enérgica intervención de la comunidad internacional, una intervención que los líderes internacionales, estadounidenses y europeos, no contemplan.