Hamás rechaza dejar las armas a cambio de una tregua
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, visita Gaza por primera vez desde que Israel incumplió el alto el fuego


BarcelonaHace semanas que Israel utiliza el hambre de los habitantes de Gaza –que desde el 2 de marzo no han recibido ayuda humanitaria– para forzar a Hamás a aceptar un alto el fuego que les sea desfavorable y que implique la liberación de los rehenes israelíes. De hecho, la presión sobre la milicia palestina aumenta tanto desde fuera como desde dentro del enclave. Apenas hace unas semanas los palestinos de Gaza desafiaron al grupo en unas protestas inusuales exigiendo el fin del conflicto.
Este martes el grupo palestino ha rechazado una propuesta de Israel que planteaba que la milicia dejara las armas a cambio de una tregua de seis semanas, según ha explicado una fuente palestina a la BBC. Para la milicia, el plan no ofrecía garantía alguna de acabar con la guerra ni de una eventual retirada de las tropas israelíes desplegadas sobre Gaza. En cambio, sí pedía soltar la mitad de los rehenes, que son la única moneda de cambio de la que dispone la milicia palestina para negociar con Tel Aviv.
La negativa de Hamás es muy conveniente para el primer ministro Benjamin Netanyahu, que este martes ha puesto los pies en Gaza por primera vez desde que Israel incumplió el alto el fuego, el pasado 18 de marzo. El no de la milicia podría leerse como una falta de voluntad para negociar y allanar el terreno a Israel para justificar una completa invasión del enclave, ahora que su ejército ha incrementado las operaciones militares sobre el terreno. Desde la nueva ofensiva, el ejército israelí ha ocupado territorio tanto en el norte como en el sur, controlando ya casi un 70% del enclave, que se encuentra bajo órdenes de desplazamiento o en zonas de exclusión, según el último cálculo de Naciones Unidas. Según la oficina del primer ministro israelí, Netanyahu se ha paseado por el norte de la Franja.
Desde que comenzó la guerra, el dirigente israelí ha defendido la destrucción de Gaza escudándose en la liberación de los rehenes y el desguace de Hamás. Pero hasta ahora no ha conseguido ninguno de los dos objetivos, lo que le ha debilitado internamente, hasta el punto de hacer tambalear la estabilidad de su gobierno de coalición.
La peor situación humanitaria desde que arrancó la guerra
Pese a que la propuesta planteada por Israel ponía a Hamás entre la espada y la pared, con la negativa de la milicia se cierra la puerta a dar un respiro a la población de Gaza, que sufre una grave crisis alimentaria. Este mismo martes Naciones Unidas ha alertado de que la situación humanitaria de Gaza es ahora "la peor de los últimos 18 meses, desde que empezaron las hostilidades". Aunque Israel defiende que las provisiones que hay dentro de la Franja pueden durar meses, las agencias de la ONU lo desmienten y alertan de que el bloqueo que el país hebreo impone en la entrada de ayuda infringe el derecho humanitario internacional.
Asimismo, la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU explica que los agentes que tienen desplegados en el terreno informan de un aumento de los ataques que causan "víctimas civiles masivas" y destruyen infraestructuras esenciales necesarias para "mantener a la gente viva". Los últimos ejemplos de esta práctica son el bombardeo de este martes sobre el Hospital de Kuwait, en el sur de Gaza, y la destrucción del centro sanitario de Al Ahli el domingo, el último que quedaba en funcionamiento en la ciudad de Gaza.