¿Netanyahu cederá a las presiones internas de la extrema derecha?


BarcelonaLa gestión de el acuerdo de Israel con Hamás para un alto el fuego en Gaza no es fácil. Sobre todo en Israel, donde Benjamin Netanyahu lidera una coalición con grupos extremistas en materia religiosa y nacionalista, en particular los grupos dirigidos por Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, dos personajes que tienen un peso considerable en la estabilidad de la coalición. Los dos ministros presionan a Netanyahu para abortar el acuerdo, aunque entre ellos mantienen posiciones algo distintas.
Ben Gvir es quien ha adoptado una posición más opuesta al acuerdo. Cree que es un error histórico pactar con Hamás y que a medio plazo tendrá consecuencias catastróficas para el conjunto del país. Entre los argumentos que utiliza está el que dice que liberar a cientos de islamistas reforzará la organización fundada en Gaza en 1987 y la hará aún más peligrosa. Es lo que ocurrió cuando se firmó el acuerdo del 2011 para liberar al soldado israelí Gilad Shalit, capturado por Hamás en el 2006 y liberado cinco años después en un intercambio de prisioneros.
Entre los prisioneros liberados por Israel en el 2011 había un grupo de palestinos que después jugaron un papel central en la cúpula de Hamás, como es el caso de Yahiya Sinwar, el máximo dirigente de la organización en Gaza, que fue el cerebro de la operación del 7 de octubre de 2023 que desató la guerra.
Ben Gvir argumenta que liberar a palestinos garantiza ahora un relevo al liderazgo de Hamás parecido al del 2011, cuando Sinwar fue liberado y reorganizó Hamás. Este argumento es compartido por una parte considerable de la población de extrema derecha israelí, incluyendo a gente del partido del primer ministro, el Likud. De hecho, este sector estaría preparado para que el centenar de rehenes israelíes siguieran en manos de Hamás indefinidamente para evitar un intercambio con prisioneros palestinos.
Ben Gvir incluso ha dicho públicamente, en más de una ocasión, que si Netanyahu saca adelante el acuerdo con Hamás abandonará la coalición y dejará al gobierno en una situación muy complicada. Si esa amenaza es cierta, lo veremos muy pronto. Ciertamente, Netanyahu tiene algunas cartas en la mano para contrarrestar la amenaza, como hacer concesiones a Ben Gvir y reforzar la ocupación de Cisjordania para satisfacer a los votantes del líder extremista.
Apoyo de la oposición
También existe el caso de Bezalel Smotrich, que parece más dispuesto a pactar con Netanyahu a cambio de concesiones. Este jueves se ha sabido que Smotrich pide que Netanyahu se comprometa por escrito a volver a la guerra en un futuro próximo para eliminar a Hamás, una situación para la que hay que contar con el visto bueno del próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Aunque Smotrich y Ben Gvir retiren el apoyo a Netanyahu, lo que cuesta de creer, el primer ministro tiene suficiente apoyo en el gobierno. Y en la Knesset el primer ministro tendrá la ayuda de la oposición. El líder de la oposición, Yair Lapid, dice casi todos los días que apoya el acuerdo con Hamás para liberar a los rehenes.
Ahora bien, si no se convocaran elecciones próximamente, Netanyahu debería rehacer la coalición y renegociar con Ben Gvir y Smotrich unos nuevos términos de su alianza que satisfagan a todos. Por otra parte, la posibilidad de que la oposición llegue al gobierno es hoy muy remota, casi imposible de acuerdo con el reparto de escaños actual en el Parlamento.