La OTAN no se cree a Putin: "Rusia continúa acumulando tropas"

Los aliados acuerdan fortalecer el flanco oriental ante una amenaza rusa que se ha convertido en la "nueva normalidad"

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El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ayer en Bruselas.

BruselasLa guerra, de momento, continúa en las declaraciones. Rusia dice que retira tropas y Occidente responde que todo lo contrario: "Rusia continúa con el refuerzo militar", ha dicho el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. El Kremlin insiste que está abierto a la vía diplomática y Ucrania denuncia haber sufrido el mayor ciberataque de la historia del país. Lo que queda claro es que la Alianza Transatlántica no se fía ni un pelo de las intenciones de Vladímir Putin y está decidida a no bajar la guardia. No solo no la bajan, sino que, en medio de esta batalla dialéctica, la OTAN opta por mandar un mensaje de fuerza contra Putin y anuncia que está dispuesta a reforzar su presencia defensiva en el centro-este europeo.

A corto plazo, Occidente alarga la mano a Moscú y no da por muerta la vía diplomática. A largo plazo, los aliados asumen que la amenaza de Rusia a la arquitectura de la seguridad de Europa y al orden internacional establecido después de la Guerra Fría se ha convertido en la "nueva normalidad", en palabras de Stoltenberg. De aquí que hayan empezado a estudiar cómo reforzar su presencia en las regiones más próximas a la antigua Unión de Repúblicas Soviéticas con un primer envío a Rumanía liderado por Francia. Según el secretario general de la Alianza, el simple hecho de que Rusia esté dispuesta a "intimidar" de este modo países independientes y soberanos les obliga a tomar esta decisión. "Esta es la concentración más elevada de fuerzas en Europa desde la Guerra Fría. Lamento decir que esta es la nueva normalidad y por eso hemos decidido desarrollar opciones para fortalecer la defensa de la OTAN, incluidos nuevos grupos de combate en el sudeste de Europa", ha remachado el ex primer ministro de Noruega.

Máxima desconfianza

Además, Rusia juega a la batalla del relato con un sarcasmo y una ironía que encienden todavía más la desconfianza de los aliados. Pocas horas después de que Stoltenberg asegurara que, en vez de retirarse, lo que hacía Rusia era acumular todavía más soldados en las fronteras ucranianas, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, replicaba con sorna cuando decía que debe de haber "algún handicap en el sistema de evaluación de la OTAN".

Y mientras el embajador ruso en Irlanda aseguraba que de aquí a unas tres semanas se habrían retirado los soldados, la portavoz de Exteriores del Kremlin, Maria Zajárova, se burlaba de la afirmación de que Rusia atacaría Ucrania este miércoles: "Pido a los medios de desinformación de Estados Unidos y el Reino Unido, como Bloomberg, The New York Times, The Sun y otros, que publiquen el calendario de nuestras invasiones para el año que viene para que pueda planificar las vacaciones".

De aquí, pues, que la sombra de la desconfianza entre Washington, Bruselas y Moscú sea tan alargada como la ya famosa mesa con la que Putin ha recibido a varios representantes de Occidente. "Desafortunadamente, hay una diferencia entre lo que Rusia dice y lo que hace, y lo que vemos no es una retirada significativa", ha dicho el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, en declaraciones a la cadena ABC. También el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, niega que haya ninguna reducción de tropas en las fronteras de su país: "Nosotros reaccionamos a la realidad y, por ahora, no hemos visto ninguna retirada, solo hemos oído hablar de ella".

Reunión de emergencia a la UE

También por eso, tanto la OTAN como la UE cogen con pinzas las afirmaciones de Moscú sobre la voluntad de seguir negociando. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha sacado también músculo este miércoles al recordar al Kremlin que Rusia depende "casi totalmente" de los componentes de alta tecnología que se producen en la UE y que si hay que aplicar sanciones tendrán consecuencias "nefastas" para el país de Putin. La UE, además, ha multiplicado esfuerzos en los últimos días para garantizar que no sufrirá problemas de suministro energético si Rusia corta el grifo del gas. Este será previsiblemente uno de los temas que los veintisiete jefes de estado y de gobierno de la UE abordarán este jueves en Bruselas en un encuentro de urgencia para hablar únicamente de la crisis de Ucrania, aprovechando que ya estarán en la capital belga para la cumbre entre la UE y África.

"La diplomacia todavía no ha encontrado sus últimas palabras", ha dicho también Von der Leyen, para mostrar cierta esperanza en la vía del diálogo con Putin. Mientras Rusia se mantiene en la guerra de declaraciones, no ha respondido a las cartas enviadas por la UE y la OTAN, ni tampoco ha aceptado fijar un nuevo calendario de reuniones con Occidente, que, ante la evidencia, mantiene preparado el paquete de sanciones y se va entrenando para enviar más tropas al este de Europa.

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