Coronavirus

Carrera a contrarreloj de los laboratorios para adaptar las vacunas a las nuevas variantes

Los fabricantes ya trabajan en nuevas versiones para neutralizar las mutaciones detectadas en Brasil y en Sudáfrica

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Silvia Marfil, técnica de laboratorio, y en Benjamin Trinité, investigador puesto-doctoral del equipo de Julià Blanco, estudian la respuesta de las vacunas a los nuevos troncos

BarcelonaComo todos los virus, el que causa el covid-19 muta. De manera natural y aleatoria, cada vez que se replica se producen pequeñas alteraciones genéticas que o bien no tienen ninguna importancia (la mayoría), o bien debilitan el virus, o bien lo pueden hacer más infeccioso y letal. El mes pasado se detectaron tres nuevas variantes en tres lugares diferentes del planeta (el Reino Unido, Sudáfrica y Brasil), que se han extendido rápidamente, a pesar de las restricciones de movimiento. Estas mutaciones plantean una pregunta urgente: las vacunas que se habían diseñado para combatir la versión original del virus, ¿funcionan igualmente con estas nuevas variantes? Y todavía más inquietante: ¿el virus puede continuar evolucionando hasta desarrollar una forma que se escape de las vacunas que ya se están administrando?

"La situación es preocupante, porque estamos viendo que los anticuerpos que generan las vacunas disponibles pueden bloquear igualmente la variante británica, pero funcionan peor ante la brasileña y la sudafricana", explica Julià Blanco, investigador del Instituto Germans Trias i Pujol, y del IrsiCaixa. "Esto no quiere decir que las vacunas no sean eficaces, sino que les cuesta más bloquear el virus. Es un problema de correlación de fuerzas. Imaginémonos que el virus pesa 100 gramos: todo el mundo lo puede levantar, pero si pesa diez kilos habrá personas que no podrán, y si pesa 100, pues casi nadie. Pasa lo mismo con el sistema inmunitario". Blanco cree que "el virus se está haciendo más difícil de neutralizar, pero todavía podemos controlarlo. El peligro es que continúe cambiando y alguna de las mutaciones acabe siendo resistente a la vacuna".

Todos los fabricantes de vacunas han constatado esta semana que sus preparados, a pesar de que continúan siendo efectivos, ofrecen menos protección contra las nuevas variantes. Viernes fue la norteamericana Johnson & Johnson, la única que ha desarrollado una vacuna de una sola dosis: su preparado ha mostrado una eficacia del 72% en los Estados Unidos, que baja hasta el 57% en el caso de Sudáfrica, donde predomina la variante. Los estudios sugieren lo mismo en los preparados de Pfizer-BioNTech, Moderna y Novamax. La variante sudafricana ya se ha detectado en 31 países, entre los cuales España, después de que jueves se diagnosticó el primer caso en Vigo.

"El virus no tiene una intencionalidad: muta de manera aleatoria y los cambios que le son favorables son los que se imponen por selección natural. Por eso vemos que ha evolucionado en el mismo sentido en tres lugares diferentes del mundo", apunta Blanco. La clave, para los expertos, es reducir la transmisión porque "cuanto más se transmite, más posibilidades tiene de mutar". El problema es que, con al menos 100 millones de contagios en todo el mundo (estos son los casos diagnosticados, la cifra real es probablemente mucho más alta) el virus tiene muchas oportunidades de cambiar. "Le estamos dando ventaja", concluye Blanco.

Adaptar las vacunas

Las vacunas que funcionan con ARN mensajero se pueden adaptar a las nuevas variantes, de las que ya se han identificado las mutaciones genéticas en cuestión de semanas. Lo que no queda claro es qué tipo de aprobación tendrían que seguir las vacunas reformuladas, que solo tienen ligeras modificaciones. Lunes Ugur Sahin, director de BioNTech, la farmacéutica alemana que desarrolló la vacuna de Pfizer, explicó que ya están hablando con los reguladores de qué tipo de estudios clínicos harán falta para demostrar la eficacia de las nuevas versiones en lugar de tener que volver a empezar el proceso de cero. También ha apuntado la opción de inyectar una tercera dosis para reforzar la respuesta inmunitaria. Es lo que ya pasa cada año con la vacuna de la gripe, que se modifica de acuerdo con las nuevas cepas sin tener que pasar por el costoso proceso de aprobación que se requiere para poner en el mercado un nuevo medicamento.

Moderna también ha anunciado que está desarrollando nuevas versiones que bloqueen mejor las nuevas variantes: "Intentamos avanzarnos a la curva por si hace falta, nos lo tomamos como una póliza de seguro", ha dicho Tal Zaks, director médico de Moderna.

Tecnologias y variantes

Salvador Macip, médico e investigador de la Universidad de Leicester y de la UOC, destaca que las vacunas basadas en la tecnología clásica pueden tener más capacidad de respuesta ante las nuevas variantes: "Las que utilizan el virus entero inactivo, como las tres que se están dando en China y la que se ha empezado a distribuir en la India, es más posible que reconozcan todas las formas del virus, porque generan una respuesta que no depende solo de la proteína que está mutada en estas tres variantes". En este sentido, la catedrática de biología de la UPF, Cristina Pujades, destaca que el coronavirus es "muy vacunable" porque tiene una estructura relativamente sencilla y, como se ha visto, es más fácil de desarrollar vacunas que lo neutralicen que otros virus más complejos. Y destaca que "quizás tengamos que pensar en un abanico de vacunas que se podrían utilizar en diferentes momentos de la pandemia y de la vida".

Otros especialistas alertan que no solo hay que tener en cuenta los anticuerpos que generan las vacunas para neutralizar el virus. "Las vacunas generan otros anticuerpos y también inmunidad celular, y lo que cuenta para el buen funcionamiento del sistema inmunitario es la suma de todo esto", apunta Joaquim Segalés, investigador del IRTA-CRESA y la Universidad Autónoma. Entre la preocupación y el optimismo, los expertos coinciden en el mensaje que cuanto menos circule el virus menos dolores de cabeza causará. "Cuanto más circule, más posibilitado tendrá de mutar. Si queremos disminuir la probabilidad que surjan nuevas variantes que puedan ser resistentes a las vacunas, tenemos que conseguir un nivel de inmunidad de grupo. Tenemos que evitar la circulación del virus y por eso hace falta un nivel de inmunidad de grupo importante o tendremos que continuar medidas de distanciamiento social, uso de mascarillas, etc. Cuando hablamos de de inmunidad de grupo, hablamos del 70% o 80% de la población mundial, porque si se continúa como hasta ahora, solo vacunando una parte del mundo, habrá otros lugares, muy poblados, donde el virus podrá continuar circulando". Así el mensaje es unánime: hay que vacunar sistemáticamente, rápido, en el orden correcto, en todas partes y sin cesar.

Las tres variantes del virus
  • Británica (B.1.1.7) La variante que se detectó en diciembre en el Reino Unido tiene 23 mutaciones, entre otras en la proteína que el virus utiliza para adherirse a la superficie de las células humanas. Esta variante es un 70% más contagiosa y no queda claro si puede ser más letal. Se ha detectado en más de cincuenta países y puede convertirse en la variante dominante de la pandemia a escala global. No hay pruebas de que tenga ningún impacto sobre la eficacia de la vacuna.
  • Sudafricana (B.1.351) Identificada pocos días después de la británica, también es más transmisible, y nuestra respuesta inmune frente a esta variante es más pobre. Ya se ha detectado al menos en 31 países. Las primeras investigaciones apuntan a que se asocia con una mayor cantidad de virus en el cuerpo (carga viral). Algunos datos apuntan a que puede ser menos vulnerable a los anticuerpos que generan las vacunas para neutralizar el covid-19; es decir, que pierden eficacia.
  • Brasileña (P1) Detectada en la ciudad brasileña de Manaus, capital del estado de Amazonas (y más tarde en Japón, en un grupo de viajeros que contrajo el coronavirus), esta tercera variante tiene las dos mutaciones conectadas a la transmisibilidad más grande y la inmunidad inferior. Acumula hasta 17 variaciones genéticas que también afectan la capacidad del virus de adherirse a las células. Es la variante que podría ser más resistente a la vacuna.
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