Francia

Prisión para los jóvenes franceses que acosaron a una adolescente por criticar el islam

La sentencia pretende poner normas sobre qué es aceptable y qué no en las redes sociales

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Mila Orriols, el año pasado, en un programa de televisión

ParísLa justicia francesa ha condenado este miércoles a once personas a penas de entre cuatro y seis meses de prisión (que no tendrán que cumplir) por haber hecho ciberacoso a una adolescente que había criticado el islam con palabras groseras a través de Instagram. La sentencia, que según el mismo juez tiene que servir para "poner las reglas de lo que es aceptable y lo que es inaceptable" en las redes sociales, puede crear jurisprudencia. "En la calle, cuando nos cruzamos con alguien que nos desagrada por su apariencia física o por sus declaraciones, aunque sean ofensivas, nos abstenemos de insultarlo, de amenazarlo o de reírnos. Lo que no haces en la calle no lo hagas en las redes sociales", ha dicho el magistrado Michaël Humbert.

De los once condenados, que tienen entre 18 y 29 años, diez lo han sido por participar en "una auténtica empresa de acoso" contra Mila Orriols, una joven de 18 años (tenía 16 en el momento de los hechos, a principios del 2020) que, después de mandar a freír espárragos al islam –entre otros comentarios–, fue objeto de una multitud de insultos y de amenazas. En cambio, el undécimo penado, que le mandó un mensaje al correo personal en el que decía que sería "muy feliz" de cortarle el cuerpo con su "cuchillo más bonito", ha sido condenado por amenazas de muerte. Dos de los trece jóvenes que fueron acusados de un buen principio han quedado absueltos: uno por falta de pruebas y el otro por un defecto de forma en el procedimiento judicial. La sentencia recoge, a grandes rasgos, lo que había pedido el ministerio fiscal: "Una advertencia, entre tres y seis meses de prisión, para concienciar a los ciudadanos".

"Ganamos y volveremos a ganar"

Desde que recibió las amenazas, y sobre todo después del asesinato del profesor Samuel Paty por haber mostrado unas caricaturas de Mahoma de Charlie Hebdo en clase, Mila tiene que ir con escolta todo el día –también en el juicio–, ha tenido que cambiar de escuela dos veces y no se sabe dónde vive por seguridad. Aún así, no se esconde. "Ganamos y volveremos a ganar", ha dicho, satisfecha, después de la audiencia de este miércoles. De hecho, ha sacado un libro, titulado Yo soy el precio de vuestra libertad, y algunos políticos de izquierda la han acusado de aprovecharse del caso para convertirse en una figura mediática. También la han señalado como víctima de la politización del caso por parte de algunos dirigentes. A su vez, el abogado de la víctima, Richard Malka, que también trabajó para el semanario satírico Charlie Hebdo en el juicio del atentado que sufrió en 2015, ha dicho que la sentencia ha sido "justa": "Lo importante para nosotros era que constara en los antecedentes penales", ha señalado.

En cambio, los abogados defensores han alegado que sus clientes no eran conscientes de la repercusión de sus mensajes ni de que Mila fuera víctima de un acoso multitudinario. Aún así, el magistrado ha recordado que las redes sociales son un espacio público en el que, precisamente, se tiene la intención de que los comentarios lleguen a cuanta más gente mejor. Y, antes de finalizar la vista, el juez ha dejado ir la última lección: "La decisión [del tribunal] no tiene por qué ser la correcta y puede ser objeto de críticas, pero cada uno de nosotros, durante el juicio, ha mantenido a raya los impulsos. Y quizás esto es lo que nos tendríamos que esforzar por cultivar en las redes sociales".

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