Kaplan: "La caída del Gobierno español no es yenstabilidad, es democracia"
19/07/2025
3 min

BarcelonaResulta sorprendente e impactante que un periodista e investigador estadounidense como Robert D. Kaplan, demócrata, humanista y buen conocedor de Europa –recordemos el suyo Fantasmas balcánicos– se declare, yo no diría adepto, pero sí comprensivo con algunos de los planteamientos de Donald Trump. De entrada, Kaplan, a raíz de la reciente publicación de su libro Tierra Baldía (Editorial RBA, 2025), sobre el riesgo de que la geopolítica mundial se convierta en una inmensa República de Weimar —y, por tanto, una amenaza de autodestrucción de la democracia— se atreve a descalificar a Trump como político, tratándole de ignorante que no representa más allá de la propaganda de las redes. Pero cuando medios de tendencias diversas plantean a Robert Kaplan si ve o no a un tirano en el presidente de EEUU, el analista y reportero dice que quizá Trump no respeta el poder judicial, pero a continuación parece que le exculpe: "Trump no es lo suficientemente serio para ser fascista. Un fascista ha ideado un plan y Trump no tiene ninguno". Kaplan ignora u obvia las declaraciones sobre el fascismo de Trump expresadas por el historiador Robert Paxton y por el premio Nobel de economía Paul Krugman.

Evitar una descalificación contundente de los componentes autoritarios de Trump da a Kaplan la posibilidad de mostrarse comprensivo. Especialmente con las posiciones de Trump para con Europa. A Robert Kaplan no le extrañan las amenazas arancelarias de Donald Trump en la Unión Europea, ni tampoco la exigencia de más gasto a los miembros de la OTAN. Y cuidado con lo que dice Kaplan: "La defensa de Europa ha sido pagada por Estados Unidos durante 80 años… El pacifismo paradisíaco europeo ha sido un lujo pagado por los contribuyentes estadounidenses". ¿Nos está diciendo Robert D. Kaplan que, desde 1945, Europa vive a expensas de EEUU? ¿Un tipo de parasitismo? Según el periodista, el estado del bienestar europeo se ha podido construir porque, en las relaciones interaliadas, Europa ha desempeñado el papel extractivo del pedigüeño.

En ningún momento Kaplan habla de cómo ha influido la condición de Europa como "protectorado" en el desarrollo de EEUU como estado y potencia imperial. Y si ha habido "protectorado": ¿Se trata del tipo de protección que ejerce un imperio para con sus colonias preferidas? Y puestos a hablar de estado del bienestar, me pregunto: ¿Qué ha impedido que EEUU haya construido uno similar? ¿Acaso ha sido la falta del presupuesto que se habría destinado a la protección de Europa? Yo diría que más bien los impedimentos han sido estructurales, institucionales, emocionales e ideológicos. Y las ideas de John Maynard Keynes, el economista británico que ideó los remedios para rehacer la economía de EEUU tras el descalabro de 1929, no se aplicaron después para edificar un estado social, como se hizo en la Europa de posguerra.

La "nueva normalidad"

Parece que Kaplan ha hecho un ejercicio contable exhaustivo de los 80 años de presencia estadounidense en Europa y ha establecido quién es el acreedor y quien debe pagar. Cuestión que conecta con la sonrisa edulcorada de Mark Rutte cuando justifica el 5% del PIB exigido a los miembros de la OTAN, la mayoría europeos. Sonreír que se convierte en viscoso cuando habla de Trump como daddy. Asegura Robert Kaplan que Trump ha dado la vuelta para siempre a la política estadounidense, y que la weimarización –que viene de Weimar: no hay que perderlo de vista– no llevará a la catástrofe, pero sí a "una nueva normalidad". Este Kaplan, pues, nada tiene que ver con Robert D. Kaplan que narraba con rigor la disección de los fantasmas balcánicos. Y quizás porque siempre había sido riguroso, sorprende ahora su corta mirada ante Trump. Sorprende, pero quizá sólo sea resignación.

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