El plan de paz de Trump indigna a Zelenski y satisface a Putin
El alcalde de Kiiv abre la puerta a "ceder territorios" para terminar la guerra pero Zelenski subraya que los territorios ocupados son ucranianos
MoscúLa prisa de Donald Trump por lograr un acuerdo de paz en Ucrania antes del 30 de abril, cuando su presidencia llegará a los 100 días, está provocando una aceleración de los eventos de resultado incierto. Vladimir Putin insiste en ser prudente ante el plan estadounidense, mientras que Volodímir Zelenski ve inasumibles buena parte de las propuestas.
La pelota está en el tejado de la Casa Blanca, que tiene la potestad de romper las cartas y abandonar la mediación si ve que alguna de las partes frustra el pacto. La visita a Moscú del enviado especial de Trump, Steve Witkoff, que se reunió durante tres horas con el presidente ruso, demuestra la urgencia estadounidense ante un interlocutor para quien el tiempo juega a favor y que hasta ahora ha capeado cualquier iniciativa inconveniente exigiendo todo tipo de precondiciones.
Ahora, sin embargo, las últimas declaraciones de Trump y el borrador de propuesta filtrado a la prensa presentan un escenario que, tácticamente, es mucho más aceptable para Rusia que para Ucrania. En una entrevista en la revista Time, el presidente estadounidense ha dicho directamente que "Crimea será rusa" y que "Zelenski lo entiende". Por lo que respecta al resto de territorios ocupados, el plan estadounidense publicado por Reuters reconoce de facto el dominio ruso hasta la línea del frente, que supone una quinta parte de Ucrania. A cambio, Putin no reclamaría las zonas de las provincias de Luhansk, Donetsk, Kherson y Zaporíjia que no ha conquistado, y se retiraría de la región de Járkov. También debería devolver el control de la central nuclear de Zaporíjia, que quedaría en territorio ucraniano, pero bajo administración de Estados Unidos.
Ucrania y la Unión Europea quieren aplazar cualquier discusión territorial hasta después de un alto el fuego. Pero Zelenski reiteró este viernes que no aceptará ninguna cesión de territorio. "Nuestra postura no ha cambiado: sólo el pueblo ucraniano tiene el derecho de decidir qué territorios son ucranianos", ha dicho en un encuentro con periodistas. "La constitución de Ucrania dice que todos los territorios ocupados temporalmente pertenecen a Ucrania, a la gente de Ucrania", ha insistido.
Lo ha dicho tras unas declaraciones del alcalde de Kiiv, Vitali Klichkó, en una entrevista en la BBC, en la que ha abierto la puerta a "ceder territorios" para acabar la guerra. Más tarde, viendo el impacto de sus palabras, matizó que cualquier renuncia territorial "contradice los intereses nacionales" y que "hay que luchar contra su implementación hasta el final". El ministerio de Exteriores ucraniano también ha salido a fijar posición ante el lío: la pérdida de Crimea y de las provincias ocupadas es "inaceptable" y Ucrania "no aceptará ningún veto" para entrar en la OTAN.
Sin embargo, Trump insiste en que Ucrania "nunca" formará parte de la Alianza Atlántica y que el deseo de Zelenski de ingresar es el que originó la guerra. De hecho, en una entrevista en la CBS, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha aplaudido al presidente estadounidense como "el único líder que entiende las causas fundamentales" del conflicto. Lavrov también ha dicho que Rusia está "preparada para un acuerdo" pero que "hay que afinar algunos elementos". A la salida de la reunión con Witkoff, uno de los presentes, el asesor presidencial Yuri Ushákov, le ha descrito como "constructiva" y ha explicado que ambos países han "acercado posiciones".
La protección de Ucrania, clave
Entre las cuestiones que más preocupan a Putin está la protección de Ucrania. La propuesta de Trump prevé una huelga "garantía de seguridad sólida" para Kiiv a cargo de los países europeos y otros estados voluntarios. Zelenski necesita asegurar la capacidad de defensa y por eso plantea incluir a Estados Unidos en un "acuerdo similar al artículo 5", en referencia a la cláusula de defensa mutua de la OTAN. Por el contrario, desde Moscú dejan claro que la presencia de tropas extranjeras en suelo ucraniano es una línea roja.
Además, según Bloomberg, Estados Unidos también pedirá al Kremlin que reconozca el derecho de Ucrania a tener un ejército. Esto contradice uno de los objetivos declarados de Putin cuando lanzó la invasión en 2022, la "desmilitarización" de Kiiv.
En el ámbito económico, el documento estadounidense apuesta por el levantamiento de las sanciones contra Rusia impuestas desde 2014, mientras que ucranianos y europeos son partidarios de un alivio "gradual" cuando se logre una paz "sostenible". Desde que empezaron las negociaciones, el Kremlin ha intentado sin éxito que le levantaran las sanciones a la exportación de productos agrícolas y fertilizantes y al sector aeronáutico.
Un general ruso asesinado
Mientras el enviado de Trump aterrizaba en Moscú, un teniente general ruso, Yaroslav Moskalik, murió por la explosión de un coche bomba en la ciudad de Balashikha, a las afueras de la capital rusa. El alto mando del estado mayor estaba junto a su casa, según informó el Comité de Investigación de Rusia. Moskalik era subjefe del mando de operaciones de las Fuerzas Armadas de Rusia y había participado en varias delegaciones rusas de alto nivel.
La portavoz de Exteriores rusa, María Zajarova, ya ha acusado a los servicios secretos ucranianos de estar detrás y lo ha vinculado a un afán de entorpecer las negociaciones. "Kiiv apuesta por la escalada e ignora irresponsablemente las propuestas constructivas destinadas a encontrar una solución pacífica", ha dicho.
Por ahora, Ucrania no ha reivindicado el ataque, a diferencia de diciembre del año pasado, cuando sí reconoció el asesinato de otro teniente general, Ígor Kirílov, jefe de la defensa radiológica, química y biológica de Rusia, en un atentado con bomba cuando salía de su casa.