La OTAN y Ucrania se reunirán de forma extraordinaria para abordar la escalada del conflicto con Rusia
Vladimir Putin ha anunciado que Rusia producirá misiles hipersónicos Oreshnik en serie
BarcelonaLas autoridades de Kiiv son muy conscientes de que les quedan menos de dos meses para que Donald Trump vuelva al Despacho Oval y que existe el riesgo de que el envío de armamento se ralentice o incluso se detenga. En este caso, probablemente les tocaría sentarse en la mesa e intentar negociar en las mejores condiciones posibles. Después de que Rusia lanzara un misil balístico hipersónico contra Ucrania este jueves, con lo que demostraba que el músculo tecnológico de Rusia no ha dejado de entrenarse, Kiiv ha vuelto a mover ficha y ha pedido este viernes una reunión de urgencia con la OTAN por lo que Volodímir Zelenski considera " una "escalada clara y severa" de la guerra.
La Alianza Atlántica ha contestado afirmativamente a la demanda y ha convocado para el próximo martes una reunión del Consejo de la OTAN y Ucrania en su sede de Bruselas para analizar la última escalada de Rusia en la guerra . Esta reunión, que fue confirmada por París, se celebrará con embajadores y abordará cuestiones sobre seguridad de interés común, "incluida la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania". "Solo hay un agresor, Rusia, y sólo un agredido, Ucrania", aseveró el portavoz de Exteriores francés.
El jefe de la diplomacia ucraniana, Andrii Sibiha, espera que del encuentro salgan decisiones "concretas y significativas" que permitan bloquear la amenaza nuclear de Putin y detener los avances de las tropas rusas y norcoreanas en el frente. El ministro especificó que Ucrania plantearía "la cuestión de [cómo] limitar la capacidad de Rusia para producir este tipo de armas".
Rusia producirá misiles hipersónicos en serie
Durante este viernes, varios líderes occidentales han condenado el ataque inédito de Moscú con un misil balístico hipersónico. El canciller alemán, Olaf Scholz, calificó el ataque ruso como una "escalada terrible" y una muestra de "lo peligrosa que es esta guerra". El primer ministro polaco, Donald Tusk, le ha cogido el testigo y ha alertado del riesgo real de que estalle un conflicto mundial. Incluso China reiteró un llamamiento a la calma ya la contención: "Todas las partes deberían mantener la calma y actuar con moderación, trabajar para desescalar la situación mediante el diálogo y la consulta, y crear las condiciones para un alto el fuego", ha pedido el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Lin Jian.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha asegurado, en lo que se puede leer como la enésima amenaza, que seguirá probando el misil Oreshnik y que empezará a producirlo en serie. El mandatario ha hecho gala de la imposibilidad de defenderse contra su proyectil: "No hay [...] ningún medio para interceptarlo en el mundo actual. Y remarcaré una vez más que seguiremos probando este nuevo sistema. Es necesario establecer su producción en serie", ha dicho.
Con la escalada en Ucrania como telón de fondo, este fin de semana se celebra una reunión del G-7 en Italia, a la que asistirá el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y donde está d esperar a que los mandatarios de las siete economías más fuertes insistan en la retórica de condena contra Rusia y en recetas para fortalecer las sanciones contra Moscú.