Rusia

Putin rehabilita a Stalin para legitimar la agresión a Ucrania

Desde la anexión de Crimea, el dictador se ha convertido en un referente del presidente ruso y ha minimizado sus crímenes.

Stalin en una imagen de archivo
28/09/2025
3 min

MoscúLa gota que colmó el vaso fue la reciente reinauguración de un alto relieve de Yosif Stalin en una céntrica estación de metro de Moscú. A finales de los años 50, durante la desestalinización, la escultura, dedicada a la Victoria en la Segunda Guerra Mundial, se modificó para borrar la figura del dictador, y en 1966 se extravió definitivamente durante unas obras de reforma. Ahora, sin embargo, los responsables del metro han querido recuperarla como un "regalo a los pasajeros" en el noventa aniversario del ferrocarril urbano.

Expertos en arte han denunciado que es una aberración desde el punto de vista de la restauración y que podría tratarse de "una pieza de plástico hecha con una impresora 3D de manera deficiente". La intención es, pues, puramente ideológica. En los primeros días, comunistas nostálgicos se llegaron a dejar flores, pero también aparecieron allí coronas en memoria de la represión estalinista. En los años 30, casi un millón de personas fueron ejecutadas, entre tres y cinco millones murieron de hambre en Ucrania por las políticas agrarias del gobierno comunista, varios millones más sufrieron la misma suerte en los campos de trabajos forzados del gulag, y cientos de miles fueron deportadas.

La protesta más ingeniosa la protagonizaron dos activistas, que engancharon, entre otros mensajes, un papel con una cita de Vladimir Putin del 2009: "Conseguir resultados mediante la represión es inaceptable. Durante ese período [el mandato de Stalin] no sólo nos enfrentamos a la masa en el contra a la contra en personal al enfrentamiento a personal propio pueblo". Ambos fueron juzgados y multados.

Lejos de ser una anécdota, esta polémica indica una tendencia. En Rusia, hay al menos 120 monumentos dedicados al dictador, según cálculos del medio independiente Mógem Obiàsnit (Podemos explicar). De éstos, 105 se han erigido durante la presidencia de Putin, y la mayoría, tras la anexión de Crimea, en 2014.

Tras la muerte de Stalin, en 1953, Nikita Jruschov hizo eliminar prácticamente todas las representaciones positivas y, en los años 90 la época soviética. Sin embargo, especialmente en la última década, ha habido una lenta pero constante restitución de su legado. Muy hábilmente, las autoridades no han impulsado su edificación de nuevos monumentos, sino que han permitido que se levantaran a título privado. Aparte, en los libros de texto escolares –editados por el negociador ruso con Ucrania Vladímir Medinski–, se ha estado presentando a Stalin como una persona querida por el pueblo que lo hizo todo para ganar la Gran Guerra Patriótica.

Según explica al ARA Ian Garner, profesor asistente en el Instituto Pilecki de Varsovia, especialista en propaganda rusa, estamos ante "una estrategia muy consciente en nombre del régimen no sólo para rehabilitar su imagen, sino para hacerla central en la cultura política rusa". El culto al dictador va de la mano del culto putinista en la Segunda Guerra Mundial, fundamental para legitimar la agresión a Ucrania.

Los años del terror estalinista se diluyen, se empequeñecen junto a la gran hazaña que consiguió Stalin derrotando al nazismo y salvando al pueblo soviético. "Sí, huboalgunos errores, pero lo principal es que ganamos la guerra", ironiza en declaraciones al ARA Aleksei Makarov, portavoz de Memorial, entidad rusa que preserva la memoria de las represiones estalinistas. Según él, hoy en día la gente ve en Stalin "un símbolo de mano fuerte, de orden" y anhela un pasado en el que Rusia era una gran en Rusia. mem

En varias encuestas realizadas en el 2023, en plena guerra, un 63% de los rusos valoraron positivamente su figura, cuando 10 años antes la cifra rozaba apenas el 20%. Incluso entre los menores de 25 el porcentaje de aceptación había subido hasta el 48%. Parte de ese éxito entre los más jóvenes tiene que ver con una "memización" de la imagen de Stalin. Garner recuerda que, hace ocho o nueve años, empezaron a circular por internet pegatinas y montajes suyos, que hacen fortuna aún ahora, donde se le caracterizaba como alguien "paterno, masculino, potente".

Desde su punto de vista, el objetivo de esta rehabilitación, aparentemente orgánica, pero cuidadosamente orquestada desde el Kremlin, es equiparar a Putin con Stalin y con otros personajes históricos rusos como Pedro I, Catalina la Grande o Iván el Terrible. De esta forma, el presidente ruso se inserta en la historia como un líder "increíblemente decisivo, con una visión privilegiada, en quien hay que confiar, que se sacrifica y que finalmente conseguirá una victoria en una gran guerra".

Al igual que hace unos años habría sido un escándalo de que el aeropuerto de Volgogrado recuperara el nombre de Stalingrado, y ahora está a punto de pasar, el alto relieve de Stalin en la estación de Taganskaya ya forma parte del paisaje cotidiano. Probablemente, los usuarios que pasan cada día ignoran que, según Memorial, el dictador hizo matar a más de 750 constructores y trabajadores del metro de Moscú, incluido su primer director.

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