En Rusia se dispara el número de voluntarios para ir a la guerra
Los candidatos se sienten atraídos por el dinero fácil, debido a la perspectiva de un alto el fuego cercano
MoscúSubir al último convoy, no entrar en combate y embolsarse un sueldo que muchos rusos no pueden ni soñar con cobrar. Ésta es la esperanza de muchos de los hombres que últimamente corren a alistarse en el ejército para ir a luchar en Ucrania. Según el medio independiente Viorstka, el número de personas que quieren firmar un contrato con el ministerio de Defensa, los llamadoskontraktniki, se ha incrementado mucho en Moscú en las últimas semanas.
Durante los primeros diez días de abril, los datos más recientes de que se dispone, casi mil voluntarios acudieron al punto de selección único de la capital rusa, prácticamente el doble de los que lo hicieron durante el mismo período de los meses de febrero y marzo, y el triple que en enero. El flujo de inscripciones empezó a aumentar significativamente el 17 de marzo, la víspera de la anunciada llamada entre Vladimir Putin y Donald Trump, a ritmo de unas cien personas al día.
La percepción que las conversaciones con Estados Unidos darán frutos y pronto habrá un alto el fuego empuja a los candidatos a dar el paso con el objetivo de ganar dinero fácil. Según la politóloga rusa en el exilio Ekaterina Schulmann, esto responde a un clima de optimismo infundado: "La gente piensa que no irá a la guerra, que llegarán las vacaciones de mayo [en Rusia casi medio mes es festivo], la paz, Kirill Dmítriev [el hombre de los negocios del Kremlin con los estadounidenses] y O' de orgullo nacional, que acaba de batir récords en Estados Unidos]."
En la misma línea, el experto en seguridad alemán Janis Kluge escribe: "Teniendo en cuenta cómo han ido las negociaciones hasta ahora, es probable que estas esperanzas se vean frustradas". Según sus cálculos, Rusia incorpora cada día entre 1.000 y 1.500 personas en las filas del ejército.
El repunte de los enrolamientos también coincidió con las noticias de la rápida reconquista de la región rusa de Kursk. Según los reclutadores, fue una de las motivaciones de los nuevos voluntarios al producirse en un contexto general e inusual de euforia entre los sectores más expuestos a la propaganda gubernamental. Esa misma propaganda contribuyó a cultivar un sentimiento de venganza entre muchos de los alistados al denunciar, sin pruebas, crímenes de guerra ucranianos en esa zona.
Las altas cifras del punto de reclutamiento de Moscú se explican porqué es la región que mejor paga con diferencia. Nada más firmar el contrato, los soldados reciben un incentivo único de unos 20.000 euros y, en un año, pueden llegar a cobrar más de 50.000, muy por encima del sueldo medio ruso. Por eso la gran mayoría dekontraktnikivienen de fuera de la capital.
De hecho, los líderes regionales se han embarcado en una competición para conseguir seducir a más voluntarios. En muchos casos, los pagos se han multiplicado por 2,5 en los últimos meses. Es el caso de Irkutsk, Tomsk o Primorie, donde en lo que va de año las autoridades han aprobado tres incrementos.
Ahora bien, esta escalada podría morir de éxito. En una decisión sin precedentes, en el distrito autónomo de Yamalia, en Siberia, desde el 15 de abril han reducido un 40% las bonificaciones para acudir a la guerra. Las autoridades locales argumentan que, al igual que en Moscú, muchos rusos de otras regiones se acercaban atraídos por los sueldos que pagaban. Y en la región de Samara, en el sur del país, más o menos igual, aunque el gobierno no ha explicado por qué han recortado su presupuesto.
La maquinaria no se detiene
Pese al elevado ritmo de inscripciones y la intuición de los nuevos combatientes que la guerra tiene en los días contados, las autoridades rusas no aflojan en las llamadas al frente. Quizás porque las arcas regionales no son infinitas, en Moscú el gobierno ha optado por apelar al sentimiento patriótico en lugar de subir los sueldos de los soldados.
Para ello han reforzado las campañas de propaganda en el metro. Tal y como ha podido comprobar el ARA, los reclutadores se sitúan en la parada más cercana al punto de reclutamiento y activan una megafonía que se confunde con la voz institucional del metro y que anuncia los salarios para los nuevos solicitantes. Además, aumentó la presencia de informadores en estaciones de la periferia de la ciudad en hora punta.
También se ha disparado el volumen de las campañas de publicidad sobre la guerra en Telegram. En marzo se multiplicaron por cuatro respecto a los meses anteriores y se alcanzó el máximo histórico de menciones de la frase "contrato para el SVO" (las siglas en ruso de operación militar especial, el término que utiliza el Kremlin para referirse a la invasión de Ucrania).
Este esfuerzo demuestra que Putin no tiene intención de levantar el pie del acelerador en la frente y que peleará hasta un segundo antes de que se decrete el alto el fuego, si es que se llega a un acuerdo. Putin ya ha dejado claro que no tiene intención de limitar las capacidades del ejército ruso si se alcanza la paz. El 1 de abril decretó el mayor reclutamiento de jóvenes de entre 18 y 30 años desde 2011: 160.000 hombres.