Los talibanes piden intervenir ante la ONU

BarcelonaDesde que volvieron al poder en Afganistán, a raíz de una ofensiva militar relámpago impulsada por la retirada de las tropas occidentales, los talibanes buscan legitimarse a nivel internacional. Saben, de hecho, que el futuro inmediato del país depende, en buena parte, de esto. El último ejemplo lo hemos visto en las últimas horas. El régimen de los extremistas ha pedido dirigirse a la comunidad internacional y a los mandatarios mundiales interviniendo en la Asamblea General de las Naciones Unidas que esta semana se celebra en Nueva York. Las autoridades del autodenominado Emirato Islámico han hecho esta petición a través de una carta firmada por su ministro de Asuntos Exteriores, Amir Khan Muttaqui, enviada directamente al secretario general del organismo, António Guterres.

El portavoz de Guterres, Farhan Hag, ha confirmado haber recibido la carta de Muttaqi, que también desautorizaba al representante ante la ONU del anterior gobierno afgano, Ghulam Isaczai. "Él ya no representa a Afganistán", han querido dejar claro en el texto, según la agencia de noticias Reuters. Aún así, el propio Ghulam Isaczai también había mandado una carta al secretario general de las Naciones Unidas en la que apuntaba su intención de seguir representando al país asiático ante la cumbre del organismo internacional. Las dos cartas, tanto la de los talibanes como la del gobierno anterior, han sido enviadas al comité de acreditación de la ONU para que decida quién tiene que representar a Afganistán. Parece que los talibanes tienen pocas opciones de conseguir su objetivo. Básicamente, porque la misiva llega un poco tarde: el comité acostumbra a reunirse con meses de antelación a la cita para decidir quién accede y quién no.

El precedente

Cuando los talibanes gobernaron en Afganistán entre 1996 y 2001, el embajador del gobierno afgano que había sido derribado por los extremistas siguió siendo el representante ante las Naciones Unidas. El comité de acreditación no aceptó nunca la participación de los fundamentalistas y fue aplazando la decisión hasta que los talibanes volvieron a perder las riendas de Kabul.

Ahora una eventual aceptación por parte de la ONU sería un paso importante en la mencionada apuesta del grupo islamista para obtener un reconocimiento internacional relativamente firme, cosa que pide también a las principales potencias globales. Entrar en el organismo acercaría, también, al desbloqueo de los fondos de ayuda económica internacional que tanto necesita un país sacudido por una crisis económica, política y de seguridad eterna.