Trabajadores de la OMS cometieron abusos sexuales durante el brote de Ébola en el Congo

Una investigación identifica a 83 miembros que violaron o explotaron sexualmente a mujeres y hombres

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Personal de la Organización Mundial de la Salud  (OMS) que trabajaba en respuesta al brote del Ébola  a la República Federal del Congo (RFC).

BarcelonaEn medio del peor brote de Ébola que ha sufrido la República Democrática del Congo, que dejó como mínimo 2.280 muertos entre 2018 y 2020, al menos 83 trabajadores de los equipos de emergencia que daban respuesta a la crisis cometieron actos de abuso y explotación sexual contra la población local. De estos 83 agresores, 21 eran trabajadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según concluye una investigación interna efectuada por la propia OMS, que se ha hecho pública este martes.

El propio secretario general de la ONU, António Guterres, abrió la investigación apenas hace un año, cuando varias mujeres de la RDC denunciaron haber sufrido violaciones y abusos sexuales de los trabajadores de organizaciones internacionales. Esas denuncias, reveladas por Thomson Reuters Foundation y The New Humanitarian, salpicaban a todo el mundo: no solo a la OMS, sino también a la agencia para los niños de la ONU (Unicef), la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y también grandes ONG como Oxfam, Médicos Sin Fronteras (MSF), World Vision y Alima.

El informe publicado este martes constata la veracidad de los abusos, pero solo se centra en los casos que afectan elapersonal de la OMS y no menciona a ninguna de las otras organizaciones señaladas por las víctimas. El texto remarca la "magnitud de los incidentes de explotación sexual y abuso", que "contribuyeron a incrementar la vulnerabilidad" de las víctimas. La organización ha recogido denuncias de explotación, abuso y acoso sexual "contra médicos de la OMS, consultores y altos cargos" de la organización, "algunos de ellos nacionales (congoleños) y otros internacionales, así como contra otros médicos del personal desplegado por el ministerio de Salud y otros".

Según el informe de la OMS, la mayoría de los agresores sexuales fueron "trabajadores congoleños contratados temporalmente que se aprovecharon de su aparente autoridad para obtener favores sexuales", a pesar de que también hay abusadores extranjeros. En la mayoría de los casos, las víctimas eran forzadas a mantener relaciones sexuales para obtener un trabajo en el equipo de la OMS o para no perder el que ya tenían. En situación de extrema vulnerabilidad, muchas mujeres acababan accediendo a mantener relaciones sexuales porque necesitaban un trabajo, pero en algunos casos tampoco fueron contratadas. Hasta 29 de las víctimas acabaron embarazadas y 22 dieron a luz. Algunas de las víctimas denuncian que su agresor las forzó a abortar, incluso dándoles pastillas o inyecciones.

63 mujeres y 12 hombres denuncian abusos

El equipo de investigación de la OMS ha entrevistado a 63 mujeres y 12 hombres que fueron víctimas de estos abusos, y que tienen entre 13 y 43 años, a pesar de que la mayoría se acercan a los 20 años. La más joven de todas, de 13 años, identificada como Jolianne en el informe, explicó que estaba vendiendo tarjetas de móvil recargables junto a la carretera cuando un trabajador de la OMS se le acercó y le ofreció llevarla a casa con su coche. "En lugar de esto, la llevó a un hotel donde dice que fue violada por esta persona", explica el informe. La niña quedó embarazada y tuvo un hijo, cosa que le comportó el rechazo de su propia familia.

El caso de la mujer de 43 años, Severine, sigue un patrón más habitual que coincide con lo que explican otras muchas de las víctimas. Severine explica que un hombre que decía ser trabajador de la OMS la invitó al Hotel Viaka para hablar de un posible lugar de trabajo dentro del equipo de respuesta al brote de Ébola. Una vez en la habitación, el hombre le dijo que tenía que mantener sexo con él si quería el trabajo. Ella se negó pero el hombre la violó. La mujer obtuvo el trabajo al día siguiente, pero explica que acabó dimitiendo porque su atacante no paraba de acosarla sexualmente.

Otra de las víctimas, identificada como Jeanne, explica que fue presencialmente al Centro de Coordinación del Ébola de Mangina para buscar trabajo como personal de limpieza, pero le dijeron que dejara su nombre y teléfono para cuando hubiera una plaza disponible. Poco después le llamó "un amigo del gerente que la había inscrito en el centro de coordinación" y "solo consiguió el trabajo a cambio de tener relaciones sexuales", explica el informe. Los investigadores insisten en la "situación económica y social muy precaria" de las víctimas.

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