El triunfo de Boric en Chile reaviva a la izquierda en América Latina
Los gobiernos progresistas esperan una nueva "marea rosa" como la de la primera década del siglo
Santiago de ChileEl triunfo de Gabriel Boric en las elecciones presidenciales de Chile ha alentado el progresismo latinoamericano. Pocos minutos después del triunfo electoral de hace una semana contra el candidato de la extrema derecha, José Antonio Kast, varios líderes regionales se apresuraron a felicitarlo. “Te deseo lo mejor para ti y para Chile. Aquí tienes un amigo y estás invitado a venir a Argentina cuando quieras, ojalá tu primer viaje sea a nuestro país”, dijo el presidente Alberto Fernández en un comunicado. Su homólogo peruano, Pedro Castillo, tuiteó: “La victoria que has conseguido es la del pueblo chileno y la compartimos los pueblos latinoamericanos que queremos vivir en libertad, paz, justicia y dignidad”.
Desde México, Manuel López Obrador se refirió a Chile como “ejemplo en América Latina y en el mundo”, mientras que el boliviano Luis Arce aseguró que “la democracia latinoamericana se fortalece” con el triunfo del joven chileno. Desde Brasil, el expresidente Lula da Silva expresó: “Me alegro por otra victoria de un candidato democrático y progresista en nuestra América Latina, por la construcción de un futuro mejor para todos”. El texto se acompañaba de una foto del propio Lula con una gorra lila de la campaña de Boric. El mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, en cambio, tardó cuatro días en oficializar su felicitación a través del ministerio de Exteriores brasileño. El mismo día de las elecciones publicó: “Prácticamente la mitad de la población se ha abstenido y la otra mitad ha dado el 55% para el tal Boric y un 45% para Kast”.
Chile se ha convertido en una referencia para la izquierda y los sectores populares de América Latina. Para muchos analistas, el triunfo de Boric y de la coalición Apruebo Dignidad –formada por el Frente Amplio y el Partido Comunista– es una señal contundente de avance del progresismo en la región. Un giro a la izquierda que vive América Latina después de unos años de dominio de la derecha (liberal o conservadora) en la región, coincidiendo con la llegada del argentino Mauricio Macri al poder.
¿Una nueva marea rosa?
Algunos expertos comparan el auge del progresismo latinoamericano actual con el periodo de la primera década de los 2000 conocido como marea rosa. Entonces varios mandatarios de izquierda o centroizquierda llegaron al poder en la mayoría de países de la región: Hugo Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, Pepe Mújica en Uruguay, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Michelle Bachelet en Chile.
La llegada de Alberto Fernández a la Casa Rosada y los cambios de los últimos meses en gobiernos de países como Perú, Bolivia y Chile podrían abrir un nuevo ciclo político en el continente. A pesar de que todavía es prematura, esta nueva tendencia podría consolidarse de cara al 2022, con las elecciones presidenciales de Brasil y Colombia. Lula lidera, por ahora, las encuestas contra Bolsonaro en una eventual segunda vuelta. En Colombia, Gustavo Petro también hace meses que encabeza sondeos contra el candidato que pretende suceder al conservador Iván Duque.
El escenario actual también presenta diferencias en relación con el anterior. Se forja en un contexto de crisis económica global desencadenada por la pandemia, está más desarticulado y los proyectos políticos apuntan más a la socialdemocracia tradicional que a la izquierda más transformadora.
Una patata caliente para Boric
Si el giro se consolida, muy pronto podrían cambiar las alianzas regionales que hoy giran alrededor al grupo conservador Prosur, de corte ideológico e impulsado por el presidente chileno Sebastián Piñera, durante los primeros meses de mandato, con gobiernos afines como el de Mauricio Macri, que entonces presidía Argentina, o el de Iván Duque, en Colombia. El objetivo del nuevo acuerdo fue sustituir la Unasur, que fue el gran bloque de cohesión durante los mejores años del progresismo regional, pero hoy totalmente inactivo.
Piñera ha invitado a Boric a su última gira presidencial en Colombia a finales de enero para asistir, precisamente, a la cumbre de Prosur. Una patata caliente que Boric ha acabado rechazando, después de las alertas entre algunos políticos de su sector como el diputado socialista Jaime Naranjo, que ha dicho: “No tendría que ir [...]. Ya habrá tiempo para definir una estrategia internacional y reunirse con los presidentes de Latinoamérica”.