Santiago de ChileLa controversia por lo que se ha bautizado como el turismo de vacunación se ha instalado desde hace algunas semanas en Florida. Residentes de este estado norteamericano han expresado su descontento porque turistas procedentes de América Latina y Canadá han tenido acceso y prioridad a las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna contra el covid-19 antes que los residentes locales, que viven todo el año en Florida y pagan los impuestos. La polémica estalló en Argentina cuando dos famosas de la televisión dieron a conocer su experiencia con la vacuna en los Estados Unidos y las redes sociales se inundaron de críticas y comentarios. Desde entonces han trascendido más casos de personas procedentes de países como Colombia, Venezuela, Canadá y México que, desesperadas por inocularse, se pueden pagar un billete hasta Miami y pedir cita en el sistema de salud norteamericano. Incluso personas de otros estados de los EE.UU. han ido a Florida a vacunarse, como hizo el expresidente y ex director de Time Warner, Richard Parsons, de 72 años, procedente de Nueva York: “Vas a internet, pides una cita y la obtienes [la vacuna]”, dijo a los medios. Pero para la inmensa mayoría de la población el procedimiento no resulta tan fácil teniendo en cuenta que cada día se entregan 500 citas y el sistema se colapsa rápidamente.
Hasta el 23 de enero Florida había vacunado a más de 47.000 personas que residen fuera del estado (sin diferenciar entre turistas y residentes a tiempo parcial). De estas, más de 1.800 ya han recibido la segunda dosis. Las cifras representan un 3,4% del total de personas que se han vacunado en el estado, que llega casi a 1,4 millones, según datos del departamento de Salud de Florida.
Todo ello es un ejemplo más de la distribución desigual que hay, a escala global, de las primeras vacunas del covid-19. Unas cuántas ONG y también el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, han alertado del acaparamiento de dosis por los países ricos en detrimento de los más pobres, que solo podrán inocular una de cada diez personas durante 2021. El mapa de vacunación mundial muestra que, así como en los países norteños el ritmo avanza con una cierta rapidez –menos de la que querrían algunos–, en la mayoría de estados africanos, para poner un ejemplo, no ha ni empezado el proceso. Otros lo resumen de una manera diferente: son el dinero y los recursos de cada uno los que marcan quién se vacuna y quién no.
Los dos casos dados a conocer en Argentina fueron recogidos en un informe emitido por la cadena Telemundo, que denunció públicamente la situación a través del testigo de un profesor universitario local que, a pesar de que se dedica a administrar la vacuna, todavía no se había podido inyectar ni la primera dosis. En el mismo canal también apareció el director de un hospital de la zona que aseguraba que “el enfoque [de la vacunación] es evitar que la enfermedad se propague vacunando el máximo número de personas posible, y que sean o no residentes es irrelevante”.
Sin embargo, el de Florida no es el primer caso. A finales de 2020, cuando el uso de las primeras dosis parecía inminente en los Estados Unidos, una agencia de viajes de la India anunciaba, bajo el nombre de Turismo "de vacunas", una oferta de viaje de cuatro días desde Bombay hasta Nueva York. El pack costaba unos 2.000 dólares e incluía la administración de la vacuna.
Solo para residentes
Entre las primeras autoridades que se han posicionado públicamente sobre el tema está el alcalde de Miami, Francis Suárez, que calificó de “asqueroso” que los turistas pasen por delante de la población local: “Prioritariamente tienen que ir los residentes de nuestra comunidad”, se quejó. Días después lo hizo el senador de Florida Manny Díaz Jr: “La orden ejecutiva federal de la presidencia dice claramente que los norteamericanos tienen que tener prioridad en la vacuna. Ya he hablado con el gobernador para que todo esto no continúe así”.
La reacción de las autoridades sanitarias llegó hace pocos días. El 21 de enero el director general de Sanidad del estado, el doctor Scott Rivkees, firmó una orden que obligaba a los profesionales administradores de la vacuna a pedir a las personas inoculadas una prueba de residencia del estado de Florida. De este modo, la inyección queda ahora restringida a residentes permanentes o temporales. Las personas tendrán que presentar un carné de conducir, una factura de servicios públicos, una tarjeta de identificación de Florida o un contrato de alquiler para acreditar la residencia.
Sin embargo, el problema más grave para Florida ahora mismo es la falta de vacunas. El grupo hospitalario más grande del estado, el Baptist Health, ha anunciado que cancelaba todas las citas por falta de suministros. Según cifras de la Universidad Johns Hopkins, solo en Miami en los últimos días se registraban casi 13.000 casos por 100.000 habitantes, con más de 360.000 contagios totales y 4.700 muertos. Florida es el tercer estado más afectado por los contagios detrás California y Texas.
48.000 euros a cambio de un pinchazo
Londres es otro de los lugares del llamado turismo de vacunas. El club privado Knightsbridge Circle, con una cuota de 28.000 euros al año, ofrece a su exclusivos miembros el traslado a los Emiratos Árabes Unidos y a la India para recibir el pinchazo. Alrededor del 40% de los miembros tienen residencia habitual en el Reino Unido pero muchos de los integrantes disponen de más de un pasaporte y viven en otras partes del mundo.
¿Cómo han superado las restricciones actuales a los viajes internacionales los clientes del Knightsbridge Circle? Volando con la exención de viajes de negocios o de educación, básicamente. "Muchos de nuestros clientes tienen reuniones de negocios en los Emiratos Árabes Unidos", declaró a la prensa británica el fundador del club, Stuart McNeill. El club, al que solo se puede entrar por invitación de otros miembros, se fundó en 2012.
En los Emiratos Árabes los socios del Knightsbridge Circle se han beneficiado de las vacunas de Pfizer / BioNTech y de la china Sinovac, que empezaron a administrar bajo su programa a finales de año, con un paquete que incluía pasar la Nochevieja. Desde mediados de mes ofrecen también el viaje a la India, donde se utiliza la vacuna de AstraZeneca que produce bajo licencia el Serum Institute. Todo ello, con una estancia durante las tres semanas requeridas entre dosis en una mansión de superlujo, y viaje en primera clase o con vuelo privado. La vacuna puede salir por 48.000 euros. McNeill defensa que su servicio es del todo ético. No aceptan a menores de 65 años en esta oferta.