Antena 3, a remolque del 'Generació porno' de TV3

'Lo tenemos que hablar: Porno, menores y manada', en Antena 3.
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El miércoles por la noche Antena 3 ofrecía un especial a la audiencia para abordar el impacto negativo del porno en las generaciones más jóvenes. Lo tenemos que hablar: porno, menores y manada ya desprendía con el título una cierta desesperación por captar a la audiencia, con un claro componente sensacionalista, utilizando la palabra manada, que a menudo utilizan en la cadena como reclamo para contar historias sórdidas. Además, lo presentaba Sonsoles Ónega, que tiene cierta inercia al alarmismo informativo. El programa estaba hecho a remolque de la serie documental Generación porno que emitió TV3 hace unos meses, hasta el punto de que aprovechaba testigos y planteamientos temáticos. Pero el espectáculo giraba en torno a una mesa de análisis con una grada de público donde se esperaban algunos de los testigos que expondrían sus casos. Desde un inicio ya se hicieron evidentes algunos recursos morbosos y efectistas para estimular a los espectadores. Recurrieron al uso de imágenes pornográficas pixeladas para ilustrar algunas de las situaciones, utilizaron imágenes de videojuegos con secuencias pornográficas para explicar la parte más oscura del entretenimiento virtual. También utilizaban testimonios encapuchados o con el rostro pixelado, creando atmósferas inquietantes en torno a aquellas personas. Otros entrevistados que daban la cara eran presentados como personas con episodios problemáticos o conflictivos y no como ejemplos vivenciales propios de una generación y una época. Sobre todo por parte de la presentadora, a la hora de enfocar las entrevistas existía una entonación dramática e, incluso, un componente de estigma. Uno de estos casos fue el de Gerard, el chico que conocimos en el Generación porno junto con su hermano Max y su madre Luna. Los tres fueron entonces unos colaboradores excepcionales por la sinceridad y espontaneidad de los dos chavales y la generosidad de la madre a la hora de exponer vivencias domésticas y familiares. La serie documental de TV3 les presentó como ejemplos representativos de lo que puede ocurrir en esa edad, una muestra viviente de las cifras estadísticas. Sonsoles Ónega, en cambio, entrevistó a Gerard como un chico que vivió una situación crítica y límite. La presentadora incluso le pidió: “Estuviste a punto de caer en el mal camino, consumista porno...” Estas expresiones de catequista caducada eran inadecuadas y convertían en truculento un espacio que, teóricamente, debía servir para divulgar y no para juzgar conductas ni crear prejuicios. Además, a menudo utilizaba expresiones como "Se tremendo" o una gestualidad para reforzar la angustia o la gravedad de algunos casos. Buena parte del relato se construía a partir de noticias truculentas aparecidas en medios y se recreaban vivencias traumáticas de víctimas de sextorsión.

A la hora de despedir el programa, Sonsoles Ónega advirtió a la audiencia: "Toda una generación está en peligro". Sobre todo después de ver su programa, que con tantos reclamos, aspavientos y una narrativa tan retrógrada hacía aún más goloso el porno.

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