Apple se la juega con las gafas
La marca inaugura su congreso de desarrolladores presentando el esperado visor de realidad aumentada que costará 3.500 dólares y no se venderá hasta el año que viene
Los rumores –o filtraciones interesadas, depende de quién lo diga– se han confirmado: Apple añadió ayer una categoría de producto completamente nueva a su catálogo, por primera vez desde el reloj Watch hace más de ocho años. Con el mítico “One more thing ” reservado para las grandes ocasiones, Tim Cook presentó el Vision Pro, un visor inmersivo que aspira a introducir lo que denominan computación espacial.
Descartadas de momento las deseadas gafas inteligentes de formato convencional, Apple se resigna al formato de unas gafas de esquí conectadas como las que ya ofrecen Oculus y Sony, entre otras marcas. Pero en vez de imponer el aislamiento de la realidad virtual (RV), la firma opta por la realidad aumentada (RA), que combina la visión del entorno físico que el usuario tiene delante con la presentación de varios tipos de aplicaciones sobre pantallas virtuales sin límite de medida ni de cantidad. Además de las propias de Apple, como el navegador web, la mensajería, el correo, los álbumes de fotos o las series de Apple TV+, se mostraron otros para enseñar anatomía, diseñar ingeniería y versiones inmersivas de los títulos de Microsoft Office. Para los consumidores, tendrá opciones de astronomía y para mezclar música, además de videojuegos como los que ofrecen los rivales. Aún así, la importancia del Vision Pro para Apple quedó clara sobre todo en la intervención de Bob Iger, el CEO de Disney, para anunciar las adaptaciones de su contenido (Pixar, Marvel, ESPN, Star Wars, National Geographic) a la nueva plataforma.
El Vision Pro es de tecnología tan completa que solo puede dirigirse a la gama más alta del mercado. Lleva dos pantallas MicroLED dentro –una para cada ojo– que suman 23 millones de píxeles, más una OLED fuera que muestra los ojos del usuario a la persona que tiene delante. Contiene cinco sensores, seis micrófonos y una docena de cámaras, que sirven para captar la imagen del entorno físico, para detectar los gestos de las manos del usuario y para seguir su mirada (dos de las maneras de controlar las aplicaciones, junto con las órdenes de voz a Siri), y para hacer fotos y vídeos en 3D. Con las cámaras también se crea una réplica virtual (avatar) tridimensional del mismo usuario, que lo representará en las videollamadas reproduciendo sus expresiones faciales. Todo ello va impulsado por dos procesadores: un M2 como el de los Mac y el nuevo R1 específico para el nuevo producto, igual que el sistema operativo visionOS. Para evitar que las Vision Pro sean demasiado pesadas, Apple ha tenido que poner la batería –dos horas de autonomía– en un módulo separado, conectado al visor mediante un cable.
Naturalmente, esto tiene un precio, y no es para nada barato: el Vision Pro costará 3.500 dólares cuando salga a la venta el año que viene, inicialmente solo en EE.UU.. Es lo mismo que cuesta el HoloLens de Microsoft, y siete veces más que las Quest 3 que Meta presentó preventivamente la semana pasada. ¿Quién lo comprará? Claramente es un mercado todavía por crear, pero quizás comience por usuarios profesionales que quieran disponer de espacio de pantalla sin límite. O consumidores que se pueden permitir gastar 7.000 euros en un televisor de gama alta con pantalla de 65 o más y prefieran sustituirlo por dos Vision Pro. Si la familia tiene más de dos miembros, la cosa ya se dispara. En todo caso, la cotización de las acciones de Apple bajó al saberse el precio del nuevo invento.
Novedades en el software
Además de visionOS, Apple presentó las nuevas versiones 17 de los sistemas operativos existentes: iOS 17 para el iPhone e iPadOS 17 para el iPad. El público en general podrá acceder en otoño, ya sea comprando el futuro iPhone 15 o bien actualizando el teléfono que ya tiene. Los dos aportan pequeñas mejoras funcionales, algunas de ellas repetidamente reclamadas por los usuarios. iOS 17 tiene una nueva pantalla de llamada recibida personalizable, y si la llamada va al buzón puedes ir leyendo la transcripción en la pantalla para decidir si descuelgas; FaceTime permite dejar un videomensaje, y Mensajes incorpora opciones (deslizar para responder, compartir ubicación dentro del chat) que otras apps ya tienen. Con NameDrop puedes compartir tus datos por proximidad. El texto predictivo del teclado usa inteligencia artificial, igual que la nueva app Journal, que va creando un diario de tu actividad con fotos, ubicaciones, música, podcasts. La función StandBy para poner el iPhone en posición horizontal para que haga de despertador y de pantalla conectada servirá a Apple para vender apoyos de sobremesa y para revivir el uso de Siri, que ahora ya se activa sin tener que decirle “Hey” antes.
iPadOS 17 gana una pantalla de bloqueo personalitzable y con widgets como la de los iPhones y la app de Salud, pero continúa sin ser multiusuario. El visor de documentos PDF detecta los campos de los formularios y te ayuda a rellenarlos. El macOs 14 de los ordenadores se llama Sonoma, permite anclar al escritorio loswidgets hasta ahora escondidos en el centro de notificaciones y ofrece efectos de vídeo (compartes pantalla sin desaparecer tú) disponibles en todas las aplicaciones de videoconferencia.
Apple también presentó herramientas para convertir al Mac videojuegos de otras plataformas. También se han añadido funciones al tvOS y al watchOS de los relojes, como nuevas métricas para ciclismo, golf y tenis, para competir con Garmin. Y finalmente, a pesar de ser un congreso de software, Apple presentó un nuevo MacBook Air con pantalla de 15,3 pulgadas, para atraer a los usuarios que compran portátiles ultraligeros con sistema Windows porque quieren una pantalla más grande. Y ha consumado la transición a los procesadores propios Apple Silicon: después de 18 años, ya no queda ningún Mac con chip Intel.e