Cas Vallín: insultar a los anónimos no debería contar igual

El periodista Pedro Vallín ha recibido la noticia de queLa Vanguardiaya no cuenta con él. Esto coincide con la publicación de un tuit polémico, en el que contestaba a un trol de extrema derecha de una manera ciertamente tarantiniana: "Eres valenciano. Mete la cabeza en el inodoro y estira la cadena. Se llama DANA doméstica. Lo disfrutarás". Dice el diario que no ha sido por eso que han prescindido de él pero seguro que no ha ayudado. Y el defensor del lector publicaba una columna en la que se apresuraba a decir que el tuit "no representa" el rotativo y que le había exigido su retirada, tal y como hizo.

Hay dos cosas que me incomodan de todo. La primera es que los medios se han aprovechado durante mucho tiempo de la popularidad conseguida en redes por periodistas suyos que decidían enfangarse en una arena con reglas más sucias que las que rigen la comunicación en el ámbito de la prensa tradicional. Y entonces me parece injusto que ante un mensaje fuera de tono el medio en cuestión se ponga entonces demasiado escrupuloso. Sí a pedir responsabilidad a los periodistas, que deben ser conscientes de que son embajadores de las cabeceras para las que trabajan. Pero hay que estar en las verdes y en las maduras. La segunda incomodidad es la asimetría en la que debemos trabajar a menudo los periodistas en el barro redes. Es muy fácil acabar recibiendo insultos de anónimos cobardes –perdón por la redundancia– a los que tú no puedes responder despachándote con la misma agresividad con la que han disparado contra ti. Y por eso creo que insultar un trol anónimo debería contar muy poco en la escala que mide los pecados digitales. El tuit de Vallín estaba fuera de registro, pero no ridiculizaba ni banalizaba nada como las hordas de troles y trolets han querido hacer creer mientras reclamaban la cabeza, antorcha en mano. Los periodistas debemos elevar la conversación, pero sin hacer el melocotón en exceso.