Cincuenta mil inmigrantes son cincuenta mil historias personales sobrecogedoras pero también son cincuenta mil balas: la munición con la que disparar en el pim-pam-pum político de quien tiene cuatro paredes, un techo y una poltrona asegurada. El presidente autonómico de Canarias, Fernando Clavijo, pertenece a Coalición Canaria (CC) y considera que tanto el PSOE desde el gobierno del Estado como el PP le han dejado en la estacada y, por tanto, son cómplices de ese drama migratorio. Yo ya no espero que se ponga el eslabón más débil –las cincuenta mil almas sin cobijo– en el lugar central del relato, pero si la cosa debe ir del enésimo "y tú más", al menos habría que exigir a los medios que consignen quien recibe los palos verbales de Clavijo. La mayoría son justos y recogen que las invectivas van a ambos lados del arco parlamentario. Pero algunos mantienen la mirada bòrnia y sólo titulan por una parte mientras esconden la otra. Y eso ocurre a la izquierda ("Clavijo carga contra su socio de gobierno, el PP, por "bloquear" con "excusas" el reparto de menores migrantes", escriben aEldiario.es) y también a la derecha, pero en sentido previsiblemente contrario, y asíLa Razóncita al presidente isleño para decir: "El gobierno ha dejado sola a Canarias". El caso más exagerado es el deOK Diario. Allí recogen las quejas del líder de CC con el PP, pero le riñen por hacerlo y le cuelgan la llufa de jugar a la desestabilización institucional, cuando titulan que "Clavijo tensa al gobierno de Canarias: acusa al PP de bloquear el reparto de tipos".
Una portada de esta semana delAbc mostraba a un grupo de inmigrantes recién llegados mientras esperaban ser atendidos por la Cruz Roja. Era una imagen de estética potente, inundada por el rojo de las mantas que los abrigaban y el negro de sus pieles. Pero, más allá del efecto gráfico, aquellas personas esperan soluciones, no un intercambio de dardos políticos y mediáticos.