Diez ideas sobre el caso de la boxeadora Imane Khelif

1. Muchos medios han hablado de ella como mujer trans. No es correcto. Por lo que ha trascendido, intersexual es un término más preciso. 2. Definir qué es una mujer, biológicamente, puede hacerse siguiendo criterios diferentes: cromosomático, anatómico, hormonal, genético... En la inmensa mayoría de los humanos coinciden todos, pero no siempre. 3. En el deporte, es necesario todavía un debate más completo sobre los factores que deben determinar en qué categoría se compite. 4. Las explicaciones del COI han sido insuficientes, porque no detallan suficientemente cuál ha sido el criterio de elegibilidad de Imane Khelif para las categorías femeninas y esto ha facilitado la polémica. 5. La Federación de Boxeo –que la descalificó– se defiende sugiriendo que sus cromosomas son XY. Pero esto no es suficiente para considerarla un hombre, si esa masculinidad no se ha manifestado, genitalmente o en las hormonas, por ejemplo.

6. La transfobia imperante hace que algunas atletas cisgénero con físicos fuera de norma reciban enseguida la acusación de ser trans. Existe además una guerra cultural sobre la cuestión que lo distorsiona todo y las distintas fuentes nos llegan con sesgos importantes. 7. Los hombres con niveles inusualmente elevados de testosterona nunca reciben suspicacias: es una cara más del machismo. 8. Debería ser compatible el reconocimiento de las realidades que escapan del binarismo con garantizar justicia para todas las deportistas femeninas que concurren a una prueba. 9. Y esto debe poder hacerse respetando a las personas individuales: en la red han corrido ríos de hiel y montajes que sólo buscaban vejar a una deportista olímpica que no ha violentado ninguna norma del COI. 10. Es significativo, de hecho, que el odio se haya descargado sobre el deportista y no sobre la institución responsable. No sabemos todavía tratar la diversidad, como sociedad.