La diferencia entre EEUU y España en un ejemplo

El FBI ha detenido a uno de sus informantes confidenciales al considerar que estaba detrás de la campaña de desprestigio de Joe Biden que hace correr la noticia falsa que recibió un soborno de Ucrania de cinco millones de dólares mientras era el vicepresidente de Obama. La cadena Fox News ha estado dando la matraca con ello en incontables ocasiones desde que se filtró –es decir, desde que se hizo llegar intencionadamente– a la prensa el informe que ese confidente había elaborado para la policía federal americana. La única fuente citada era este informe, contra el que se acumulaban muchas pruebas en su contra. Deshecha la intoxicación, según el observatorio periodístico Media Matters, todavía es hora de que alguno de los presentadores del prime time de la cadena explique la identificación y el arresto de esa fuente.

Me gusta imaginarme a Jorge Fernández Díaz leyendo esta noticia con las orejas al rojo vivo por la vergüenza. Pero es un anhelo en vano, porque el exministro del Interior no ha mostrado en ningún momento determinación para investigar de qué manos salieron los múltiples informes que enturbiaron con mentiras que afectaban a partidos independentistas en las campañas electorales de los últimos años. La sospecha, claro, es que las manos sólo obedecían a un dedo: el dedo divino con poder que señala, ordena y dicta. Estos días que algunos medios se llenan la boca con la pulcritud democrática y la separación de poderes, estaría bien que observaran la misma regla de celo con el papel de la policía patriótica. ¿Intentar influir en unas elecciones no atenta contra los cimientos del Estado? Ya hace años que hablamos del peligro de las fake newspero a veces parece que la alerta sea sólo de boca: si en serio nos lo tomáramos en serio, habría penas más altas para quienes, hoy impunes, intentan desequilibrar el sistema democrático.