Unas disculpas para cambiar la historia

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El periodista Wojciech Szelag en la televisión pública polaca, la TVPinfo, entrevistando a dos activistas por los derechos LGTBI.

El domingo por la noche, en el canal de noticias de la televisión pública polaca, la TVPinfo, el periodista Wojciech Szelag sorprendía a la audiencia y a sus propios invitados con un gesto que iba más allá de la honorabilidad. “Antes de que empecemos la entrevista creo que hay que pronunciar tres frases. Durante muchos años, en Polonia, se han dirigido palabras vergonzosas a numerosas personas por haber decidido por sí mismas quiénes son y a quiénes aman. Las personas LGTBI no son una ideología. Son personas. Nombres concretos, caras, familiares, amigos”. Y dirigiendo la mirada a sus invitados añadió: “Todas estas personas deberían oír las palabras «lo siento» en algún sitio. Aquí es donde pido disculpas”. Szelag hacía ese discurso para dar la bienvenida a los dos entrevistados de esa noche: los activistas por los derechos LGTBI Bart Staszewski y Maja Heban. Esto ocurría en el programa Gość Wieczoru [El invitado de la tarde], un espacio de quince minutos en el que se entrevista a personas vinculadas a temas de actualidad. En la sorpresa contenida de los invitados se hizo evidente la trascendencia de esas palabras. Desde el 2015, el gobierno de Jaroslaw Kaczynski, del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), promovió políticas LGTBI-fóbicas que provocaron represión y amenaza sobre este colectivo. Decenas de municipios polacos se declararon "libres de ideología LGTBI" y los propios invitados habían sido señalados por el gobierno. La elección de Donald Tusk de Coalición Cívica como nuevo primer ministro el pasado diciembre ha supuesto un compromiso de reparación. Una de las áreas de actuación se ha realizado sobre la televisión pública, utilizada hasta ahora como máquina de propaganda del PiS.

Wojciech Szelag, periodista polaco.

El gesto de Szelag, que apenas lleva un mes trabajando en la televisión pública, ha puesto de manifiesto este cambio radical en la televisión y en las políticas del país. Una disculpa sobria, clara y sincera, sin aspavientos, ni puesta en escena especial, ni dramatismos. Desde la naturalidad. La primera pregunta era muy significativa: "¿Qué emociones os acompañan ahora mismo, estando aquí en la TVP?" La presencia de Staszewski y Heban era relevante teniendo en cuenta cómo la cadena estatal se ha utilizado para alimentar prejuicios y delitos de odio contra las personas LGTBI y cómo, a través de su pantalla, se han representado en el pasado las identidades LGTBI. Szelag les consultó cómo hablar sobre sus derechos y la confianza en el nuevo gobierno.

Lo que vieron los espectadores polacos fue mucho más que una entrevista. La disculpa inicial es el gesto que provoca un impacto y, por tanto, que públicamente transmite un cambio de paradigma político y social. Una forma de demostrar que no se trata de una cuestión de opiniones personales ni convicciones individuales, sino de derechos humanos. La disculpa de un presentador en nombre de una televisión pública es una respuesta institucional. La televisión puede utilizarse como una herramienta de propaganda, pero también es un espejo muy útil para la ciudadanía. Un punto de inflexión que empuja a un país en la urgencia y la necesidad de un cambio global.

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