El 'lose-lose' de la BBC con Gaza

Un documental narra la experiencia de los niños palestinos en Gaza. Ya la ha emitido, la BBC descubre que uno de los narradores, un adolescente de catorce años, es hijo de un ex alto cargo de gobierno de Hamás. La corporación británica retira la pieza y unos cientos de periodistas y documentalistas envían una carta conjunta protestante contra la decisión. Hay que tener en cuenta que el gobierno británico incluye a Hamás en su lista oficial de organizaciones terroristas. Como la madre del chico recibió una compensación –no ha trascendido su importe, pero algunas fuentes sugieren que es poco dinero– a la BBC le ha cogido el cangueli que, en el conflicto internacional más polarizado del mundo, pueda decirse que está financiando el terrorismo. Los profesionales del audiovisual que se han significado en contra de la censura ven racismo y creen que el parentesco del niño no anula necesariamente el valor de su relato. Y recuerdan que ya han muerto 13.000 niños por la respuesta israelí al ataque de Hamás de octubre del 2023. La BBC tiene mala pieza en el telar, para que tome la decisión que tome irritará al bando contrario.

Pienso que la clave del caso no está en el dinero pagado o no. Lo que hace falta saber es si el testimonio del joven narrador es consistente y soporta una contrastación de los hechos. Si lo hace, si el horror que describe está acreditado, ¿debe ser castigado con ser silenciado por la filiación de su padre? Como en mi balanza particular el interés informativo suele ser el mayor peso, yo no habría liquidado el documental, al menos con los argumentos que de momento ha ofrecido la BBC (que ha prometido investigar el caso más a fondo). Un aviso al inicio de la pieza habría aportado la información necesaria para que cada espectador pudiera juzgar. El exceso de celo vuelve a situar a los medios públicos británicos en una situación incómoda.