La catedral de Valencia acogió el lunes el funeral por las víctimas de los aguaceros. Para los que entendemos el duelo como un proceso fundamentalmente íntimo, resulta algo incómodo ver el acto convertido en una gigantesca photo opportunity para la monarquía. La enésima. Los reyes aparecen en el centro de la mayoría de imágenes de portada: se convierten en sujetos y protagonistas aunque ellos (se supone que) estaban allí para acompañar a las familias que han perdido a un familiar, y para que vean unas migajas de apoyo institucional. Sólo El País destaca en portada el funeral, pero con una imagen libre de presencia real en la que la protagonista es una mujer que se aferra vanamente a una fotografía enmarcada de alguien a quien ya no verá más. Lo que cuesta saber es si la imagen se ha elegido por el ángulo social que representa o para no ceder protagonismo al rey, más aún cuando sobrevuela la sensación de que aquí ha habido una pugna sutil sobre quien se hacía la foto.
Pedro Sánchez no asistió y envió a tres ministros a última hora. Y, claro, la derecha pone a los reyes en primer plano por la actitud cortesana habitual, pero también aprovecha para hacer notar la ausencia presidencial o para ahorrar decir que Mazón fue abucheado. Este título deEl Mundo tiene un punto de Quevedo (y por eso le dejo en VO): "Consuelo real para las víctimas de la DANA". Donde la polisemia, en castellano, hace que la palabra pueda significar al mismo tiempo real y real. No como el falso consuelo de Perro Sanxe, en forma de ayudas que han criticado día sí día también en las semanas precedentes. Esa idea de que los reyes consolaron plana sobre muchas portadas, sin que los afectados validen si esto ha sido efectivamente así. Es consuelo por imposición administrativa (y mediática). Consuelo porque yo te doy por consulado. Y ahora, si me perdonan, me voy a tener otro acto.