Monarquía y ultrahipérbole

El rey, Felipe VI, y el presidente chino, Xi Jinping, en la llegada a su encuentro este miércoles
14/11/2025
Jefe de Media
2 min

Uno ya es lo suficientemente mayorcito para entender que la monarquía es un gran caparazón vacía que basa su poder no en el interior, sino en la capacidad de representación. Y, por tanto, cualquier gesto se amplifica para hacerle ocupar un espacio estrato en relación con su impacto real. Pero la prensa de Madrid, y no solo, está tan postrada a esa práctica de las sombras chinas que sus titulares son agotadores, por el gran caudal de exageración que contienen. Uno de los titulares deEl Mundo de portada de este viernes es: "Pekín adora a Leticia mientras el rey defiende los derechos humanos". En otros medios cortesanos encontramos formulaciones similares. Descompondremos éste, sin embargo. Empecemos con eladoración –¡ah, la referencia divina!–, que según muestra la foto es solo un grupo de personas que quieren hacerse una selfie. Pero se habla sin pudor en nombre de una ciudad de 21 millones de almas a las que difícilmente les interpela una monarquía que les queda a 8.200 kilómetros de distancia. Servidumbres de la eterna función decorativa, en todo caso. ¿Y qué decir de la otra parte? He leído el discurso íntegro al que se hace referencia y sólo en una ocasión Felipe recuerda que España seguirá defendiendo los valores "de la democracia, el derecho internacional, los derechos humanos y la cooperación multilateral".

No consta, en estos momentos, que los cimientos del régimen chino hayan temblado lo más mínimo ante las palabras de Felipe VI. Estas palabras, claro, no están pensadas para que las recoja la prensa china y calen en el sentido colectivo, sino que buscan generar en España titulares de algodón y regusto heroico, no sea que alguien critique al rey por blanquear un régimen sin elecciones libres como el que impone el Partido Comunista desde 1949. que nos ahorren esta magnificación casi divina, que mira por dónde recuerda justamente la estrategia de los regímenes con los que resulta incómodo relacionarse.

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