Intentemos no convertirla en víctima una tercera vez

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Estos días se ha celebrado el juicio por la violación múltiple que sufrió una chica en Sabadell. La víctima tuvo que ofrecer un relato ultradetallado de las agresiones sexuales que sufrió y la actitud del fiscal ha generado polémica. Los medios han tendido a criticarlo, porque las continuas interrupciones y peticiones de aclaraciones se juzgaron como poco empáticas con una persona que estaba reviviendo una experiencia traumática. El abogado defensor, aun así, lo consideró "un mal necesario" para dejar probado el delito. En todo caso, no hay duda de que la joven volvió a ser víctima.

Los cuatro acusados, en los laterales, ayer durante el juicio en la Audiencia de Barcelona.

Tal vez los medios tendríamos que extremar las precauciones para evitar convertirla en víctima una tercera vez. Algunas noticias sobre esta declaración judicial, por ejemplo, explotaban su dolor sin ningún tipo de miramiento. "El esgrimidor relato de la víctima de la Manada de Sabadell: «No sabía si me matarían»". No se aporta ninguna información concreta: solo se busca pillar el clic a costa de anunciar una narración que tendría que pertenecer –si la afectada no dice lo contrario– al ámbito de la intimidad. En un excelente análisis en Media.cat, Txell Rigol recuerda que incluso el uso del concepto la Manada es desaconsejable, porque se aplica una figura literaria a lo que no deja de ser un delito asquerosamente prosaico: una violación múltiple.

La obligación del periodismo es mostrar la realidad, en toda su dureza. Pero demasiado a menudo hay confusión entro en lo que es informativamente relevante y lo que solo aporta espectacularización y consumo morboso.

(P.S. Una de las recomendaciones pasa por hablar de supervivientes y no de víctimas. Es un término que me genera dudas. Entiendo que se trata de no victimizar, pero supervivientes tiene una carga que no sé si todo el mundo que ha pasado por un trance así admitiría. ¿Abrimos debate para un futuro artículo?)

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