Pienso para la Organización Mundial Cuñadista

Nos dice la Real Academia Española que la palabradispendiosignifica “gasto, por lo general excesivo e innecesario” y, en otra acepción, “uso o empleo excesivo de hacienda, tiempo o cualquier caudal”. Como sinónimos, nos proponederrocheydespilfarro, dos palabras que ningún catalán puede oír ya sin exclamar¡autonómico!, como un perro de Pavlov, de tantas veces como la prensa de Madrid lo ha disparado como binomio indisoluble. "El dispendio de Sánchez con los Mossos: 2.600 millones de euros y un 20% más de agentes", titulaEl Mundo, y predispone al lector –que difícilmente sabrá cuánto cuesta cubrir las necesidades pendientes– a pensar que seguro que son demasiados. El mismo diario que después se exclama de la delincuencia en Barcelona (“la ciudad de los 400 delitos al día”, dijeron) frunce la nariz y exclama ahora¡dispendio, dispendio!cuando se le intenta remediar. El problema, claro, no es la cobertura policial, sino que se dote a los Mossos (“eterno objeto de politización del nacionalismo”) y no a los cuerpos estatales. Supongo que algún día el diario descubrirá que, cuando hay una competencia transferida, esto debe comportar una financiación: será toda una epifanía, ríete tú de la de Reyes.

La pieza incluye a los clásicos agravios de sindicatos policiales españoles denunciando que cobran menos. Nunca hablan, en cambio, de poder adquisitivo: precio medio de un alquiler en Cáceres, 642 euros mensuales. Con todo, no es de extrañar que los comentarios de la noticia sean una retahíla de perlas catalanófobas. Los titulares interpretativos tienen sentido, en un mundo en el que la inmediatez obliga a ir enseguida un paso más allá de los hechos. Pero también son una lamentable herramienta de cuñadización de la sociedad. Que las comidas multitudinarias de Navidad –y las sobremesas– les sean leves, queridos lectores.