El apagón se ha convertido en el pretexto perfecto para el sensacionalismo más gratuito en televisión. El viernes al mediodía, en El programa de Ana Rosa entrevistaban a un supuesto experto en supervivencia. Lo habían invitado para que explicase todos los elementos necesarios en un kit de emergencia básico. El presentador le daba autoridad con un titular digno del periodismo más alarmista: "José Luis, tú llevas desde los años noventa preparándote para el apocalipsis”. Más de tres décadas que culminaban, ahora, en la exhibición en Telecinco de todo su arsenal. El despliegue de utensilios fue delirante. La mesa del plató quedó cubierta de todo tipo de objetos. “Es un kit normal para una zona donde tienes suministros básicos –decía el hombre–. Esta es la mochila para salir de casa en un momento”. Aseguraba que era el equipo mínimo individual para cualquier persona. A modo de anécdota, apuntó que sus dos hijos y su perro disponían de sus propias mochilas. José Luis, treinta y cinco años al pie del cañón gastándose el dinero en trastos propios para escalar el Everest solo para sobrevivir en la ciudad, mostró sus utensilios de corte (un juego de cuchillos y machetes de todo tipo), los elementos combustibles (para encender fuego en cualquier circunstancia), el material para protegerse (una tienda de campaña, manta y saco de dormir, entre otros), los utensilios de depósito (como la mochila y la cantimplora), una gama de cuerdas de distintas longitudes y características, y sobres de nutrientes para disolver. También llevaba un botiquín y una bolsa sanitaria para tratar a enfermos críticos. Todo esto son formas de alarmismo social que utilizan el pánico como reclamo. Mucha de la audiencia de estos programas son personas que en ningún caso pueden asumir la preparación y el uso de estos kits radicales de emergencia.
Tras exponer todos sus recursos, el presentador le preguntó cuáles de aquellos utensilios había utilizado durante el apagón. "Ninguno", respondió.
Con el apagón se está entrevistando a una serie de personajes curiosos. Indumentaria militar con emblemas y logotipos en la camiseta y en las mangas de la chaqueta en la que se representan hachas, puños, perros... También tatuajes que parecen apelar a alguna causa ideológica. Más allá de lo que explican, muchas veces la televisión pierde el control de los mensajes de estos símbolos. Ocurre lo mismo con muchos expertos en ciberseguridad, que ni siquiera aparecen utilizando su nombre real sino todo tipo de sobrenombre inquietantes. Además, a todo se le llama experto, sin precisar el currículum y la formación que avala a estos personajes, con quienes en la inmensa mayoría de los casos los programas contactan a través de las redes sociales. Se guían por su aspecto y los discursos encendidos que sueltan en TikTok o en Instagram. El problema es que, sobre todo en las telas privadas, se está normalizando una estética y unas teorías paramilitares como garantía de supervivencia que inoculan un clima social de miedo que le va muy bien a la extrema derecha.
