Crítica de series

Las luces y sombras de la utopía gallega de autogestión juvenil

La serie 'El Circo de los Muchachos' rastrea de forma detallada los avatares del proyecto creado por el cura Jesús Silva

Una imagen de la serie 'El Circo de los Muchachos'.
3 min
  • Elías León para Prime Video
  • En emisión a Prime Video

Cuando era pequeño, Jesús Silva quedó impactado por Forja de hombres (Norman Taurog, 1938), aquel drama clásico cargado de esperanza en el que Spencer Tracy encarnaba a un cura que funda una comunidad para jóvenes sin hogar para salvarles de entornos que les conducían a la miseria, A través del doblaje castellano, el filme popularizó la idea utópica de una "ciudad de los muchachos". Aún en el seminario, Silva decide sacar adelante su propia ciudad de los muchachos en Galicia. El proyecto cristaliza en toda su ambición en una amplia finca en las afueras de Ourense que se bautiza como Benposta. Allí se construye un pueblo con todas las infraestructuras necesarias, viviendas, escuelas e incluso un banco que acuña una moneda propia. Una comunidad que en principio gestionan sus habitantes, la mayoría jóvenes, vulnerables o con pocos recursos de la zona. Como guinda del pastel, la principal actividad de formación para los niños es una escuela de circo que no tarda en convertirse también en la cara visible y mediática del proyecto, y en su fuente de ingresos.

En los años sesenta y principios de los setenta, El Circo de los Muchachos de Benposta gana fama mundial. Por el espíritu revolucionario y transformador de la sociedad, la comunidad creada por Jesús Silva parece encarnar la posibilidad real de una utopía, el éxito de un proyecto ideal de educación y convivencia, abierto a los más desfavorecidos, alejado de las formas represoras de la educación más tradicional y que incluso ofrece una práctica renovada de las artes escénicas circenses.

El Circo de los Muchachos hace giras por todo el mundo. En Francia, terminan en la portada de la revista Paris Match. En Alemania, despiertan el interés de intelectuales y expertos en pedagogías renovadoras. En Japón, desencadenan pasiones entre miles de fans. En Latinoamérica, incluso se fundan franquicias autóctonas de la escuela gallega. En la España franquista, Silva, un cura con ideas progresistas, se las empuja para sacar adelante esta autarquía educativa sin demasiados problemas con la autoridad. Pero a partir de los ochenta Benposta entra en un proceso lento pero imparable de decadencia que desemboca con una confrontación constante con la Xunta y otros organismos, entre acusaciones de fraude y abusos.

A través de cinco episodios y un ingente trabajo de investigación, la docuserie El Circo de los Muchachos, sigue todos los pormenores de esta experiencia a partir de largas entrevistas con implicados de todo tipo y una recopilación extensa de material de archivo sobre el tema. Escrita y dirigida por Elías León, la serie se beneficia de la visión creativa del responsable de films como Mapa y Apuntes para una película de atracos, que se pone de manifiesto en el uso didáctico y artístico de mapas e infografías, en el recurso de narraciones en off a través de voces infantiles y juveniles, a la hora de hacer evidente el mismo proceso de realización de la serie, autoconciencia sobre la naturaleza de las imágenes de archivo utilizadas o en la construcción a través del montaje de dialécticas que evitan un posicionamiento unívoco y reduccionista sobre el tema. El afán de exhaustividad y la gran cantidad de testigos a veces juega en contra de una serie que, sin embargo, acaba construyendo una oportuna reflexión en torno a las problemáticas que conllevan los proyectos utópicos en exceso personalistas. En el último episodio, el documental apunta a la posibilidad de seguir realizando reales proyectos de este tipo desde otros condicionantes, latitudes y perspectivas.

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