Carmen Machi: "Los inspectores de Hacienda se sienten héroes, creen que están salvando al país"
Actriz
BarcelonaEs una de las intérpretes con una carrera más sólida del Estado, con largo recorrido en televisión, teatro y cine. Ahora Carmen Machi estrena este jueves nuevo proyecto televisivo, Celeste (Movistar+), una serie que se aleja del género cómico con la que suele asociarse y que se centra en una investigadora de Hacienda encargada de averiguar si una estrella del pop latina ha defraudado al fisco.
Cuando se dio a conocer el proyecto de Celeste se comparó mucho con el caso de Shakira y su conflicto con Hacienda. ¿Te sorprendieron las comparaciones?
— No me sorprende ni deja de sorprenderme, ¡pero es que no tiene nada que ver! Entiendo que se vean similitudes porque tiene elementos como Hacienda y una cantante internacional, pero de verdad, nada tiene que ver. El personaje que interesa aquí es una inspectora de Hacienda jubilada a la que la vida le cambia y que acaba unida a una cantante de éxito porque le toca investigarla. Sé que se está comentando mucho [las comparaciones con el caso Shakira], pero aviso de que no tiene nada que ver porque si no, la gente se decepcionará.
Como tú decías, la protagonista de la serie es Sara, esta inspectora de Hacienda a punto de jubilarse. ¿Es una antiheroína?
— Sí. A mí lo que me parecía muy interesante es que es un personaje que desde los veinte años hasta los sesenta ha entregado su vida a la Agencia Tributaria. Es abogada del estado, lo que significa que ha pasado las oposiciones más duras y largas que existen. Su marido era inspector de Hacienda; sus amigos son inspectores de Hacienda. Se ha pasado la vida entre facturas y la vida de otros. Su vida comienza a ser interesante cuando le proponen seguir a Celeste y empieza a encontrar alicientes en este seguimiento. Los inspectores de Hacienda se sienten héroes, creen que están salvando al país. Realmente, lo que sentimos los ciudadanos es una contradicción porque los impuestos son, teóricamente, porque vivamos mejor, pero después estamos todos intentando ver si se puede rascar por un lado u otro para pagar menos. Los inspectores provocan temor porque nunca sabes si lo estás haciendo bien y el personaje de Sara está trabajado buscando que no haya empatía con ella.
¿Crees que nos falta conciencia de que nuestros impuestos financian los servicios públicos?
— Nadie nos ha enseñado cuál debe ser nuestra relación con el fisco. Sólo nos dicen que debemos soltar dinero. ¿De dónde creemos que salen los servicios públicos? Si tú estás sacando dinero de tu país, o estás intentando no pagar, realmente salimos todos perjudicados. Creo que no hay conciencia de esto. Tenemos conciencia de que se lo llevan los políticos que roban. Cuando escuchas a Sara, que es una señora muy poco interesante y muy poco carismática, acabas viajando con ella y queriendo que le salgan bien las cosas.
¿Conociste a alguna inspectora de Hacienda?
— Diego San José, el creador de la serie, se ha realizado un máster [en Hacienda]. ¡La declaración que te la haga Diego! Él ha tenido contacto con muchos técnicos de Hacienda y con el director de la Agencia Tributaria, profesionales que realizaban correcciones de palabras que utilizaban. Hay palabras que existen en ese ámbito que los ciudadanos utilizamos para otras cosas. Entonces, en estos casos, tenía el contacto de una inspectora de Hacienda a la que podía preguntarle cosas técnicas.
La serie no es una comedia, va más por el género del thriller. ¿Tenía claro en todo momento el tono que buscaba?
— Nuestra premisa era nunca caer en la comedia porque realmente tocamos un tema muy serio. Ella lleva una investigación de Hacienda, que es algo con lo que, según cómo, le puedes hacer mucho la puñeta a una persona. Estamos hablando de una profesión seria. Lo que ocurre es que en la vida siempre hay humor. A mí me sorprendió mucho que cuando la estrenamos en San Sebastián frente a tres mil personas aquello era una fiesta. Y yo pensaba: "¿Pero de qué ríen?" No daba crédito. No teníamos ni idea de que había cosas que podían provocar risas. Pero que haya risas no significa que sea una comedia. Evidentemente, si hay humor tampoco lo aniquilarás.
Al inicio de la serie Sara está a punto de prejubilarse, pero no sabe muy bien qué hará una vez deje el trabajo. ¿Crees que, en general, vivimos tanto por el trabajo que cuando llega la jubilación no sabemos qué hacer con él?
— Es obvio. Yo, como tengo una profesión en la que no existe la jubilación, nunca me lo he planteado. Si yo o mis compañeros nos jubilamos, ¿quién hará a los personajes de 70 o 80 años? Pero sí es cierto que la serie plantea esto. Has dedicado toda la vida a otra cosa que no eres tú y cuando te olvidaste tanto de ti no sabes qué hacer contigo mismo. Sara se aburre ya través de la investigación y de Celeste encuentra un entretenimiento. Está encantada. Con la jubilación se genera un vacío muy grande.
¿Crees que en los últimos años se está dando más protagonista a personajes femeninos de mediana edad?
— Mis mejores personajes empezaron a partir de los 40 y siguieron con los 50 y los 60. Yo ahora tengo 61 años y los proyectos que tengo encima de la mesa son de la edad que yo tengo. Sí creo que he tenido la suerte de que yo he encontrado estos proyectos en los que tenía personajes a los que pasaban cosas. Lo que sí he de decir es que ahora los personajes, sobre todo los femeninos, llegan a los 60 años. Ahora tienes personajes de policías, periodistas, empresarias. Son personajes con muchas capas, porque está aflorando a la persona por encima de la profesión, como en Celeste. Es verdad que el tema de la jubilación es algo drama, ¿eh? Porque parece que desaparezcas y tú debes hacer lo posible por no desaparecer.