

En 1975, en Hollywood, se puso de moda un chiste: "¿Qué tiene los dientes blancos, gana millones de dólares, devora a las mujeres y no es Warren Beatty?" La respuesta era Jaws, la película de Steven Spielberg del tiburón asesino que mordía a bañistas que nadaban inocentemente en el mar. Este 18 de febrero Tiburón cumple 50 años. Hace ya medio siglo de su estreno. Una película que provocó un punto de inflexión en la forma de consumir el cine y que se convirtió en un icono de la cultura popular.
Ahora en Movistar + se acaba de estrenar Cincuenta años de Tiburón, un documental francés que no es nada del otro mundo pero se adentra en las interioridades de la película para entender su éxito. En él participan algunos protagonistas o sus familiares, porque el impacto fue más allá de la pantalla. Los hijos de algunos de los actores recuerdan las anécdotas más domésticas de todo ese rodaje. También Wendy Benchley, la viuda de Peter Benchley, autor de la novela que inspiró el guión de la película, explica el proceso de adaptación y el mensaje de la historia. Cuando su marido le contó que quería escribir una novela sobre un tiburón blanco, ella intentó sacárselo de la cabeza. El documental incluye una recopilación de antiguas entrevistas a Steven Spielberg que muestran las intenciones del director en el proceso de creación y su actitud detrás de la cámara con solo veintiocho años. Productores, guionistas y aficionados hablan de las vivencias durante el rodaje y de todo lo que se quería contar con una película que hablaba de un monstruo submarino. Todo ello se va alternando con las escenas más emblemáticas del film hasta construir un retrato global que va más allá de una producción cinematográfica. Cincuenta años de Tiburón nos habla de una época, de un contexto social y político y de otro Hollywood que ya no existe pero que recibió un empujón para convertirse en lo que es ahora.
A pesar del éxito de taquilla y la habilidad para convertirse en una película de culto, fue un rodaje catastrófico, con múltiples accidentes y con grandes desavenencias dentro del equipo de protagonistas. Los conflictos eran tan obvios que en las entrevistas actuales por el documental algunos de los testigos no disimulan las rivalidades ni la falta de sintonía. Es como si, cincuenta años más tarde, parte de las virtudes del film tuvieran su origen en la crispación ambiental durante la filmación.
En el documental hay unas imágenes muy curiosas del estreno. Con una cámara de visión nocturna grabaron las caras de los espectadores en la sala de cine viendo Jaws por primera vez. Los sustos, el sufrimiento y las expresiones de angustia evidencian una mirada que todavía no estaba acostumbrada a la narrativa de terror que proponía la película. En Tiburón, a pesar del miedo a la aleta y la extraordinaria banda sonora de John Williams que nos pone en alerta de la amenaza, quizás la bestia no es el elemento más monstruoso. Jaws habla sibilinamente del capitalismo, y quizá sea eso lo que le ha garantizado esta larga vida que podéis celebrar volviendo a ver la película.